Viernes Santo en Milpa Alta

Por: Diego Rodarte

En un esfuerzo por dar continuidad a una tradición con más de 110 años y que tuvo sus orígenes durante la evangelización, se llevó a cabo la representación del Vía Crucis en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, en Villa Milpa Alta, con un número reducido de participantes y a puerta cerrada, a fin de evitar aglomeraciones y el contagio por coronavirus.

Minutos después del medio día del Viernes Santo, inició la meditación del Vía Crucis, encabezado por el Párroco Jorge García Llanos, en el interior del atrio, donde se escenificaron algunas escenas de la representación que tradicionalmente se lleva a cabo en las calles del pueblo y que en tiempos de normalidad congrega a cientos de fieles que acompañan al Divino Salvador en su camino al Calvario:

«De acuerdo con la situación que estamos viviendo, sabemos que no podemos excedernos en tiempos con tanta gente congregada en un solo lugar, así que nos dimos a la tarea de buscar las partes más específicas dentro de las últimas horas de la vida de Nuestro Señor Jesucristo… le quitamos mucho peso al libreto, pero tratamos de conservar la esencia para que el mensaje que llegamos a transmitir tenga sentido», explicó José Antonio Vázquez Jiménez, director de la Representación de la Semana Santa en Villa Milpa Alta.

Divino Salvador, venerado en la Parroquia de la Asunción, Milpa Alta

El Juicio de Jesús ante Poncio Pilatos, la Flagelación, Jesús con la Cruz a cuestas, la Verónica, el Cirineo y el encuentro de Jesús con María, su Madre, fueron algunas de las escenas que se llevaron a cabo dentro del Vía Crucis, cuyo personaje central fue la imagen del Divino Salvador que se venera en la Parroquia de la Asunción y que desde sus inicios forma parte de esta representación, pues según la creencia de los fieles de Milpa Alta, nadie puede tomar el papel de Cristo ni el de la Virgen María:

«Tenemos la fortuna de que todavía nos permiten trabajar con las imágenes que son muy antiguas… en muchas partes de la Ciudad de México donde se hacían representaciones con imágenes, ya no se les permite usarlas porque son consideradas reliquias y nosotros todavía las usamos gracias al cuidado que le dan los mayordomos, cada imagen tiene sus custodios y gracias a ellos todavía las seguimos conservando», señala José Antonio Vázquez.

Por tradición, el encargado de organizar las celebraciones de Semana Santa es el Centurión, un mayordomo que se encarga de convocar a los mayordomos de las imágenes que participan en la representación, como lo son la imagen del Divino Maestro, que participa el Domingo de Ramos y en la Última Cena el Jueves Santo, la imagen del Santo Entierro que se utiliza para la crucifixión y la Virgen de los Dolores.

El Centurión entra en función de su cargo el Domingo de Resurrección, cuando recibe la imagen del Divino Salvador, mejor conocido como «El Señorcito», y que custodia durante un año en su casa, siendo participe de las celebraciones más importantes de Milpa Alta como el Santo Jubileo, la fiesta de Corpus Christi, la fiesta patronal de la Asunción de María, así como las tradicionales Posadas en el mes de diciembre y por supuesto, la fiesta del Divino Salvador el 6 de agosto.

Imagen del Divino Salvador «El Señorcito», imagen titular de la Mayordomía del Centurión

En septiembre, el Centurión convoca a la persona que va a dirigir su representación, pues dentro de la demarcación existen cinco personas que han tomado la dirección de la Representación de Semana Santa en Milpa Alta y en octubre se convoca a los participantes para la repartición de papeles.

A principios de enero, regresando de la peregrinación al Santuario del Señor de Chalma, comienzan los ensayos, estos se realizan cada semana en la casa del Centurión, quien al final de los ensayos ofrece una merienda a los participantes.

«En la actualidad, el reparto lo conformamos 60 actores; junto con acompañantes y gente del pueblo, somos alrededor de 90 o 100 personas las que realizamos la representación de Villa Milpa Alta y dependiendo en que fecha venga la semana mayor es el tiempo que tenemos para ensayar», comenta el director de la representación.

El señor Santiago Elizalde, junto con su señora esposa, Evangelina Arroyo López, fue el Centurión encargado de organizar la celebración atípica de la Semana Santa 2021, pues aunque entró en función desde el año 2019, no pudo cumplir su compromiso principal en la Semana Santa 2020 debido a la emergencia sanitaria por COVID-19, que fue motivo de la cancelación de procesiones, representaciones y múltiples expresiones de fe popular:

«Nos invitaron a participar como Centuriones y aceptamos, nosotros respondimos hace cuatro años sin saber ni imaginar lo que venía, creo que nos marcó esta pandemia… el año pasado estábamos apunto de realizar la Semana Santa y nuestras autoridades nos dijeron que no se podía, entonces paramos todo y con ánimo de los muchachos, acordamos con nuestros compañeros Centuriones y repetimos este año, pensando que todo iba a ser normal, pero no nos imaginamos que este año iba a ser algo simbólico», comenta el Centurión.

El Divino Maestro

Pese a las limitaciones impuestas por las autoridades, don Santiago y su esposa, pudieron cumplir de manera simbólica con su compromiso, pues desde joven ha participado en la representación de Semana Santa y siente una profunda devoción por el Divino Salvador:

«Nos sentimos impotentes ante lo que estamos pasando, hemos perdido familiares cercanos, hemos sentido el dolor, pero con esta representación ponemos nuestra fe en manos de Nuestro Señor, el Divino Salvador, le pedimos por nuestra familia, por nuestros vecinos, por nuestra población y por todo el mundo, que nos traiga la salud a cada uno de nosotros y que esta experiencia que nos ha dado la vida, sea un aprendizaje para toda la humanidad», expresó don Santiago.

La representación del Vía Crucis concluyó minutos después de las 3:00 de la tarde con la Crucifixión, las Siete Palabras y el descendimiento de Cristo de la Cruz. La noche del Jueves Santo se llevó a cabo el Lavatorio de pies, la representación de La Última Cena y la Aprehensión de Cristo en el Huerto.

El Sábado Santo, después de la Solemne Vigilia Pascual, se llevó a cabo la representación de la Despedida del judío errante, concluyendo con los Retamazos de Gloria, que consiste en que los participantes, así como los Centuriones y su familia, reciban un par de azotes con ramas a modo de penitencia.

Doña Evangelina Arroyo, esposa del centurión, manifestó su pesar por la situación que impidió la participación de los fieles de Milpa Alta y expresó su deseo de que pronto, las tradiciones de Milpa Alta se vivan con normalidad: «De antemano una disculpa, porque esto fue hecho a puerta cerrada por parte de las autoridades, por esa parte me siento triste por no hacerlos partícipes, porque aquí nuestra gente de Villa Milpa Alta guarda mucho fervor en esta fecha, por otra parte es una experiencia que tenemos que modificar todo, de acuerdo al tiempo que estamos viviendo, y esperamos que el próximo año salga mejor», finalizó.

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