“Después de esto, José de Arimatea, que había sido discípulo de Jesús, aunque en secreto, por miedo a los judíos, pidió a Pilatos autorización para descolgar el cuerpo de Jesús. Pilatos lo autorizo y él fue y descolgó el cadáver. Fue también Nicodemo, que la primera vez había ido a Jesús durante la noche, trayendo una mezcla de mirra y áloe como de unas cien libras.
Así pues, tomaron el cadáver de Jesús y lo envolvieron en un lienzo preparado con aromas, como solían enterrar a los judíos. En el lugar donde había sido crucificado Jesús había un huerto y en el huerto una tumba nueva, en la que nadie había sido enterrado todavía. Entonces, puesto que era el día de la preparación de los judíos y como el sepulcro estaba cerca, enterraron allí a Jesús”.
(Jn 19, 38-42)
Por: Octavio J. Flores
La evangelización al sur de la Ciudad de México estuvo a cargo de la orden Franciscana; quienes entre 1525 y 1535, comenzaron su noble labor de evangelizar Xochimilco. El pueblo de San Gregorio Atlapulco es fiel testigo de esto, ya que allí, los franciscanos implantaron la Semana Santa como en ningún otro lugar de la región. Los aspectos que hacen única a la Semana Santa en San Gregorio Atlapulco, se reflejan en sus tradicionales y prolongadas procesiones con imágenes del siglo XVI, el descendimiento de Cruz de Jesucristo (Santo Entierro) y la Misa del Fuego Nuevo en la cual se bendice agua, manzanilla y los cirios pascuales de la feligresía.
La fe y el amor por el Cristo del Santo Entierro es el motivo por el que catorce jóvenes originarios de San Gregorio, mejor conocidos como los Varones, conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. La edad promedio oscila entre 16 y 25 años, estos jóvenes integran la parte activa de la Asociación de Varones.
Dicha Asociación también se integra por doce niños encargados de representar a los discípulos de Jesús, dos señoritas responsables de representar a Santa María, Verónica y María Magdalena y un sinfín de Exvarones que apoyan inconmensurablemente las actividades durante Semana Santa.
El título “Varones” proviene de la Biblia (Jn 19, 38-42), en donde se les atribuye a dos hombres “José de Arimatea y Nicodemo” el descendimiento de cruz de Jesucristo, estos también son conocidos en las sagradas escrituras como “Los Santos Varones”. Desde sus inicios la Semana Santa en San Gregorio Atlapulco busca representar el amoroso acto de descender de la cruz a Jesucristo como lo hicieron los Santos Varones “José de Arimatea y Nicodemo”.
JUEVES SANTO
En la última cena del jueves Santo, los Apóstoles, el párroco, niños con vestimenta de ángeles, el síndico, que según su etimología es el “defensor de alguien o de algo” y es quien por voluntad propia ofrece la cena de esa noche, junto con la sacra imagen de Jesús Nazareno (Padre Jesús) conmemoran la sagrada cena.
Al culminar la Última Cena se representa la aprehensión de Jesucristo con una procesión nocturna por las calles y avenidas del pueblo, en donde al frente del atrio principal de la parroquia de San Gregorio Magno, un Varón venda los ojos del Padre Jesús con un pañuelo blanco, este acto marca el inicio de la procesión.
La Santa imagen de la Virgen de la Soledad es colocada metros atrás del Padre Jesús, esperando el momento preciso para ir en busca de su hijo preso.
Una antaña regla de la Asociación de Varones indica que “por ningún motivo la Virgen o el Padre Jesús pueden procesionar solos, siempre tienen que ir acompañados el uno y el otro”, el Jueves Santo es el único día del año en el cual la Virgen de la Soledad y el Padre Jesús se separan, con el ahínco de que la Virgen busque a su hijo; la Virgen toma dirección hacia el norte mientras que el Padre Jesús arriba hacia el sur.
Una multitud, en su mayoría de mujeres, acompaña a la dolorosa Virgen. La Madre de Dios va marcando su amargo camino por las calles y avenidas de San Gregorio Atlapulco, se entonan alabanzas que indirectamente invitan a la reflexión interna.
“El Doloroso momento” es una de las tantas alabanzas entonadas durante la noche de Jueves Santo junto con el demás repertorio de alabanzas dolorosas, estas se convierten en un himno para la Semana Santa. La calle del Calvario atestigua el encuentro entre Jesús y María. Si los árboles y calles pudieran expresar sentimientos, de seguro romperían en llanto por ese doloroso momento, un abrazo entre la Virgen y el Padre Jesús no solo engrandecen el doloroso momento, sino que también causan nostalgia a los feligreses.
Al finalizar el encuentro las imágenes de Jesús y María, son llevadas a la parroquia, lugar donde son resguardadas durante la noche.
VIERNES SANTO
El día comienza con el tradicional Via Crucis, este parte de la parroquia de San Gregorio Magno Atlapulco y recorre catorce estaciones repartidas estratégicamente en el pueblo.
Los Varones cargan en sus hombros a la imagen del Padre Jesús, mientras que a la Virgen de la Soledad la cargan jóvenes adolescentes, estas jóvenes deben cargar a la Virgen sin maquillaje, sin aretes y con el pelo recogido.
Al finalizar el viacrucis, los Varones van a sus casas presurosos para vestirse con la ropa tradicional para el descendimiento; regresan lo más pronto posible a la parroquia. La vestimenta para este momento consiste en un pantalón de vestir negro, camisa blanca, seis pañuelos blancos deshilados colocados alrededor de su cintura, listones en el cuello con plegarias al santo de su devoción (reliquias) y más de una docena de escapularios que cuelgan de sus hombros con imágenes religiosas. Durante este día Los Varones, usan una fragancia con aroma de flor de naranjo.
Una posición lineal impera a los varones durante el descendimiento, cada movimiento durante este momento de representación requiere de más de seis meses de ensayo. A partir de este momento de representación de Jesús muerto en la Cruz, se utiliza la imagen del Cristo del Santo Entierro.
Las características escultóricas del cristo permiten su manipulación, la imagen está bien diseñada para el descendimiento. Empezando por la corona metálica del Cristo y finalizando con el clavo metálico de los pies, comienza a ser descendido Santo Entierro con ayuda de un lienzo de satín. El descendimiento es la representación del momento bíblico en el que “José de Arimatea y Nicodemo” desclavaron de la cruz a Jesucristo. Al ser descendido de la Cruz el Cristo es trasladado al interior de la parroquia para su adoración por los feligreses.
Aproximadamente a las siete de la noche, la última procesión parte de la parroquia, esta concluye en las primeras tres horas del día sábado. Una urna de madera recae sobre los hombros de los Varones quienes en grupos de seis la cargan por tramos, la bina restante carga en los brazos una charola con las reliquias de Cristo.
En la mañana del Sábado Santo, una comisión de Varones acuden a la zona chinampera del pueblo para cortar «Tule», planta acuática abundante en los canales y lagos de la región. Esta planta sirve como adorno para la misa nocturna del Fuego Nuevo; esta se coloca en forma de choza sin techo y ahí se alberga la manzanilla y el agua bendita.
La Semana Santa concluye el Domingo de Resurrección con la repartición de fruta, manzanilla y agua bendita.
Fotografías: Joseph Sorrentino y Lexlin Rufino