Camino de luz y esperanza: Recorrido del Señor de Jalpan por el Valle del Mezquital

«Ten piedad Señor de Jalpan del Valle del Mezquital y fecunda nuestro suelo Santo Dios Padre inmortal».

Por: Diego Rodarte

En medio de un ambiente de alegría, devoción y esperanza, el Señor de Jalpan recorrió 42 comunidades del Valle del Mezquital en el marco del 250 aniversario de su llegada a esas tierras y ante la contingencia sanitaria por la pandemia de covid-19 que impidió el traslado de peregrinos a la Parroquia de San Miguel Arcángel, en Ixmiquilpan, donde se le venera desde el 15 de agosto de 1770.

De acuerdo con las referencias históricas, la imagen de Cristo Crucificado se encontraba en la capilla de la Hacienda de Santa María Jalpa, en Hueypuxtla, Estado de México, que pertenecía al conjunto de propiedades que sostenían económicamente al Colegio de Novicios de San Francisco Javier de Tepotzotlán, de la Compañía de Jesús. Con la expulsión de los Jesuitas en 1767 y a petición del Bachiller Don Juan Manuel de Sea, cura y juez eclesiástico del partido de Ixmiquilpan, fue trasladado en procesión el 11 de agosto de 1770, pasando por la hacienda del Mexe, Mixquiahuala y el camino real de México a Ixmiquilpan para llegar el 14 de agosto a la capilla de la Cuesta de México, donde fue recibido, de acuerdo con la tradición, por más de 5 mil personas que celebraron su llegada y lo trasladaron en solemne procesión a la capilla del Carmen donde el Señor de Jalpan manifestó su gracia a quienes pedían su favor.

Finalmente, el miércoles 15 de agosto de 1770, el Señor de Jalpan llegó a Ixmiquilpan y se celebró una misa en otomí en la capilla abierta de la parroquia de San Miguel Arcángel para ser entronizado en una capilla particular del templo donde atiende las necesidades y dolencias del pueblo Hñähñu que recurre a Él en sus calamidades o desgracias públicas y particulares, sin que estas súplicas hayan quedado sin respuesta.

Desde entonces, cada año del primero de agosto al 20 de septiembre, los fieles de diferentes comunidades del Valle del Mezquital encabezadas por sus mayordomías, acuden en peregrinación a la Parroquia de San Miguel Arcángel para celebrar la llegada del Señor de Jalpan y el 5 de enero del 2020 se abrió la Puerta Santa para inaugurar el Año Jubilar con motivo del 250 Aniversario de este acontecimiento.

Sin embargo, la pandemia mundial por coronavirus que alcanzó a México a finales de febrero de 2020, alteró las celebraciones programadas para el Año Jubilar, por lo que algunas actividades fueron suspendidas o se llevaron a cabo a puerta cerrada, cancelando las peregrinaciones de las comunidades para evitar aglomeraciones que propaguen el contagio. Conforme pasaron los meses, y al ver que se acercaba la fiesta principal, autoridades religiosas, comité organizador y mayordomos, en conjunto con autoridades civiles, tuvieron diferentes platicas para definir como se llevarían a cabo los festejos de acuerdo al semáforo epidemiológico.

Finalmente, tomaron la decisión de realizar las celebraciones a puerta cerrada y por primera vez llevar la sagrada imagen del Señor de Jalpan en un recorrido en camioneta por 42 localidades del Valle del Mezquital, lo que causó alegría y expectación entre los fieles.

El 31 de julio se celebró la Misa de apertura de las festividades, ofrecida por las Mayordomías del Señor de Jalpan y a partir del primero de agosto iniciaron las visitas de los mayordomos, en representación de sus comunidades, para presentar sus ofrendas al Señor de Jalpan como son las cuelgas de cera que se colocan en la cruz hechas por artesanos cereros de los municipios de Ixmiquilpan, Cardonal, Alfajayucan, Tasquillo y Chilcuautla.

La noche del 14 de agosto, con las danzas propias del pueblo Hñähñu se llevó a cabo el rito del encendido de la luminaria en la Parroquia, mientras que en las comunidades se encendían ollas o veladoras desde casa, posteriormente inició la serenata con mariachi y las tradicionales mañanitas a la media noche para dar la bienvenida a la fiesta del 15 de agosto.

EXPLOSIONES DE JÚBILO

Minutos antes del medio día del sábado 15 de agosto, el repique de las campanas anunciaba el momento central de los festejos: la Misa Solemne de la fiesta del Señor de Jalpan, presidida por el Obispo de la Diócesis de Tula, Mons. Juan Pedro Juárez Meléndez, quien al inicio de la celebración, junto con el Párroco Ricardo Flores Gonzáles impusieron la banda tricolor al Señor de Jalpan recordando el acontecimiento histórico en el que el Señor protegió a Ixmiquilpan de la invasión de guerrilleros que querían apoderarse de aquel territorio, y en agradecimiento, el General Heredia, encargado de la seguridad de Ixmiquilpan, lo nombró General de Generales imponiendo con reverencia su banda tricolor sobre el pecho de la sagrada imagen:

«Hoy, al colocar sobre sus hombros los colores patrios lo proclamamos Rey de reyes, Señor de los señores. Estamos muy necesitados de su presencia amorosa y de su misericordia», expresó el Obispo durante su homilía.

Ante representantes de gobierno municipal y mayordomías, Monseñor Pedro Juárez expresó ser un peregrino más para ser participe de la devoción al Señor de Jalpan en este Año Jubilar y elevó una plegaria por los enfermos y los migrantes del Valle del Mezquital:

«Con ustedes hoy deseo unirme a la devoción de este gran pueblo Hñähñu y rendir homenaje a nuestro Señor Jesucristo en esta advocación del Señor de Jalpan, pidiendo su especial protección para todos con motivo del Año Jubilar… el Jubileo es un año favorable de gracia y de conversión para renovar nuestra fe, fortalecer nuestra esperanza y reactivar nuestra caridad.

En este Jubileo, aún en las circunstancias tan especiales causadas por la pandemia, la bondad del Señor que es infinita, se manifiesta en Cristo nuestro salvador que en este año ha estado derramando una cascada de gracias y bendiciones a todos los que con fe y penitencia han venido a este lugar para encontrarse con Él».

Al término de la celebración, los cargadores del Señor de Jalpan descendieron la imagen del altar y lo trasladaron en hombros hasta la camioneta en la que se preparó un altar ornamentado con abundantes flores y adornado con semillas, una reproducción a escala del la Parroquia de San Miguel, un castillo, entre otros símbolos que forman parte de la fiesta.

Después de recibir la bendición por parte del Obispo de Tula, inició el recorrido por las comunidades. Las calles, las fachada y balcones lucían adornadas con arreglos florales u ornamentos rojos y blancos; las personas salían a las puertas de sus casas para saludar al Señor de Jalpan con banderas de colores, flores y saumerios para perfumar el ambiente. Las porras, los cantos y las expresiones de fe plasmadas en pancartas no faltaron a lo largo del camino, donde se formaron vallas respetando la sana distancia y el uso de cubrebocas, todo para ver pasar por unos momentos al Señor de Jalpan escoltado por un contingente de custodios en motocicleta, apoyados por elementos de la policía municipal para resguardar el orden y la seguridad de los fieles.

Conforme avanzaba el recorrido, las muestras de cariño al Señor de Jalpan fueron en aumento, algunas personas rompían en llanto con tan solo verlo pasar, mientras que otros se ponían de rodillas como signo de respeto y reverencia; las mujeres mayores arropadas con sus rebozos y vestidos tradicionales, luciendo cubrebocas bordados, alababan al Señor con los ritos indígenas Hñähñu, elevando sus oraciones con el humo del copal rogando por los enfermos, los migrantes y el fin de la pandemia; y en un acto de solidariad algunos fieles se acercaban al contingente para regalar agua y comida.

Al llegar a la comunidad El Dextho, llamó la atención la organización de los fieles que colocaron palmas en el camino y que usaron para marcar la sana distancia, portando cubrebocas y regalando gel antibacterial, estallando en Júbilo al ver pasar la camioneta que transportaba la sagrada imagen y que bajó la velocidad para que los habitantes pudieran contemplarlo un poco más de tiempo.

Por supuesto, no faltaron los tradicionales tapetes de aserrín y flores de cempasúchil colocados sobre el camino, y aunque esta vez el Señor de Jalpan no paso en andas sobre de ellos, no dejó de ser satisfactorio ver pasar el contingente, pues por primera vez el Señor los visitaba, por lo que no podían perder la oportunidad de recibirlo con los honores que se merece, tal es el caso de la comunidad La Reforma, que dio la bienvenida al Señor de Jalpan con un kilómetro de tapetes de aserrín y flores que despedían su aroma al pasar por encima de ellas, ofrenda que se repitió en la mayoría de las comunidades en las que también se levantaron arcos triunfales para acoger a su General.

Entrada la noche, fieles que esperaban el paso del contingente encendieron ollas sobre la carretera para iluminar el paso del Señor y aún en la oscuridad se apreciaban pequeños grupos de familias que salieron de sus casas para saludar con devoción al Señor de Jalpan. Cabe señalar que desde el inicio del recorrido no faltaron prolongadas salvas de cohetes que en la noche se convirtieron en abundantes luces de pirotecnia que iluminaron el cielo y que con su estruendo anunciaban el paso de Cristo por su comunidad, siendo San Nicolás y San Antonio las últimas en recibir la visita, lugares donde el mariachi amenizaba el paso del Señor.

Aprovechando el paso lento del contingente, algunos devotos se acercaron para colocar a los pies del Señor de Jalpan algunas ofrendas de pan, flores y ceras, además de sahumar la sagrada imagen que llego a la Parroquia de San Miguel Arcángel pasada la media noche y un espectáculo piromusical a puerta cerrada fue la clausura de la fiesta principal.

Contrario a lo que pudiera pensarse y a pesar de algunas aglomeraciones, la gran mayoría de los fieles respetaron las normas sanitarias emitidas por las autoridades para la realización de la visita del Señor de Jalpan, por lo que los organizadores no dejaron de expresar su admiración ante la respuesta de la gente y visiblemente emocionados calificaron este acontecimiento como un hecho histórico que no volverá a repetirse en mucho tiempo, pues confían que con la bendición del Señor de Jalpan el próximo año volverán a retomar las festividades como se llevan a cabo tradicionalmente.

Este recorrido por el Valle del Mezquital es una luz de esperanza en estos tiempos de incertidumbre y miedo que ha generado la pandemia de covid-19, pero que no a podido apagar la llama de la fe que se reaviva al sentir cerca la presencia de Cristo que va a buscar a su pueblo para decirle desde la cruz «No tengan miedo» y recordarle su promesa: «Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo».

3 comentarios

  1. De mucha importancia los datos vertidos en esta nota sin embargo, hay datos revueltos en la misma. El Valle del Mezquital es una región compuesta por varios municipios que su vez tienen sus propias comunidades y es conocido como el corazón del Valle del Mezquital al Municipio de Ixmiquilpan. El Sr. De Jalpan solo pudo recorrer 42 de sus localidades que participan con sus mayordomias para las celebraciones en su honor sin embargo, faltaron muchas más porque no son solo 42, adémas en el municipio esas 42 no son, ni la mitad de las localidades que somos en Ixmiquilpan. Y varios datos más que son incongruentes con los datos historicos que se tienen y que se difunden entre los Ixmiquilpenses fieles a las celebraciones del Sr. De Jalpan, para saber y conocer del porque de nuestra bella tradición herededada por nuestros abuelos Hñahñu!!!

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    1. Buenos días Iván, se hará la corrección con respecto al dato de las comunidades, agradezco tu observación. En cuanto a los datos históricos ya me estoy documentando para hacer un reportaje completo y coherente sobre la historia de el Señor de Jalpan. Si quieres hacer una aportación te dejo el correo para que puedas enviarla, te agradezco mucho, saludos

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