«Desde entonces no has dejado de mostrarnos tu rostro misericordioso a través de tu Hijo Jesús, al otorgarnos por medio de Él , protección en las dificultades, alivio en el dolor, consuelo en el sufrimiento y perseverancia en la fe».
Por: Diego Rodarte
El 14 de agosto de 1770, una bella imagen de Cristo Crucificado llego al pueblo de Ixmiquilpan, en el Valle del Mezquital y el 15 de agosto del mismo año fue colocado en la parroquia de San Miguel Arcángel. Desde entonces, bajo el título de El Señor de Jalpan, la bendita imagen del Crucificado protege a esta comunidad que se ha visto favorecida con innumerables milagros.
Con motivo de los 250 años de la llegada del Señor de Jalpan al Valle del Mezquital, el pasado 5 de enero, dieron inicio los festejos del Año Jubilar con una procesión por las calles de Ixmiquilpan y la apertura de la Puerta Santa. Los preparativos iniciaron a la media noche con la colocación de la portada en la puerta principal de la parroquia de San Miguel Arcángel y la elaboración de los tradicionales tapetes de aserrín.
Sin importar el frío de la madrugada, decenas de personas de las comunidades de Jesús, La Estación, Panales, San Nicolás, La Reforma, El Nith, El Deca y la Familia de la Media Luna, se dieron a la tarea de trabajar en los tapetes monumentales que abarcaron desde la Huasteca hasta la entrada del templo parroquial.
A las 9:00 de la mañana, el Señor de Jalpan fue sacado de su capilla en andas para ser trasladado en procesión hasta la Huasteca acompañado de las diferentes mayordomías, una vez ahí, se hizo el cambio de la tradicional «cuelga», una ofrenda de cera que antiguamente se hacía con flores y que se coloca para adornar la cruz del Señor de Jalpan y que se cambia constantemente dependiendo de la festividad y de las comunidades que la ofrezcan.
A las 10:40 de la mañana dio inicio la ceremonia de apertura del Año Jubilar, presidida por el Obispo de la Diócesis de Tula, Mons. Juan Pedro Juárez Meléndez, con un ritual indígena Hñähñu que consistió en una oración a los cuatro puntos cardinales, ofreciendo flores al Señor de Jalpan, reconociéndolo como el «Padre sol dueño de la vida y de la historia que camina con los pueblos siendo luz y sabiduría».
Concluido el rito, comenzó la peregrinación con la imagen del Señor de Jalpan hacia la parroquia de San Miguel Arcángel, encabezada por el Obispo y sacerdotes originarios de Ixmiquilpan y procedentes de la Diócesis de Tula. El rezo de la Letanía de los Santos, los cantos y los vivas de los fieles enmarcaron el peregrinar del Señor de Jalpan hasta su templo, donde tuvo lugar la apertura de la Puerta Santa:
«Pasar por esta puerta del templo significa confesar que Cristo Jesús es el Señor, fortaleciendo la fe en Él para vivir la vida nueva que nos ha dado. Es una decisión que presupone la libertad de elegir y al mismo tiempo el valor de dejar algo sabiendo que se alcanza la vida divina».
Una vez abierta la Puerta Santa, ingresó primero el Obispo, posteriormente el Señor de Jalpan que fue entronizado en el presbiterio, después los con-celebrantes y por último el pueblo peregrino. Uno de los ritos iniciales fue la aspersión de agua bendita sobre las fieles como signo de la renovación de las promesas bautismales.
En su homilía, Mons. Juárez expresó que «el niño Jesús que se manifestó a los Reyes Magos es el mismo Jesús en la imagen del Señor de Jalpan y que se sigue manifestando hoy a todos nosotros. La palabra Epifanía significa manifestación… y en estas tierras, hace 250 años ese mismo Jesús también hace su Epifanía en este Valle del Mezquital, es decir, desde hace 250 años Él se sigue manifestando a cada uno de nosotros en esa veneradísima y bendita imagen que conocemos como el Señor de Jalpan».
El Obispo explicó que los signos principales del Año Jubilar son la Peregrinación y el Sacramento de la Reconciliación, pues como Iglesia peregrina, cruzar la Puerta Santa con el corazón contrito nos lleva al encuentro del Dios de la vida, ganando así el beneficio de las Indulgencias concedidas por el Papa Francisco a quienes participen en la celebración de la Santa Misa en la Parroquia de San Miguel Arcángel, crucen la Puerta Santa, se confiesen debidamente, comulguen y oren por las intenciones del Santo padre, además de rezar la oración del Señor de Jalpan.
Por la noche, tuvo lugar una segunda procesión por el primer cuadro de Ixmiquilpan y la quema de un castillo como signo de fiesta y alegría del pueblo, posteriormente, el Señor de Jalpan fue entronizado en el altar mayor de la parroquia, donde permanecerá hasta el 27 de diciembre de 2020, cuando sea la clausura del Año Jubilar. Los momentos centrales de este año especial tendrán lugar los días 14 y 15 de agosto y el 7 de septiembre, fiestas principales en honor al Señor de Jalpan.
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