Martes de Carnaval en Ixtapalapa

Por: Diego Rodarte

Para la Iglesia Católica, la Cuaresma es un tiempo de conversión, arrepentimiento, sacrificio, penitencia y oración que nos prepara para la Semana Santa y celebrar dignamente la fiesta de Pascua. Este tiempo de preparación inicia con el Miércoles de Ceniza, día en que los fieles católicos acuden a los templos para la imposición de la cruz de ceniza que nos invita a reflexionar sobre la fragilidad y caducidad de la vida humana, adquiriendo un compromiso de auténtica conversión poniendo en práctica las obras de caridad.

La celebración del Miércoles de Ceniza ha sido enriquecida por la piedad popular con diferentes devociones en las que contemplamos el misterio de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, y en varios santuarios se venera la imagen de Cristo Yacente, mejor conocido como El Santo Entierro, devoción que el pueblo de Ixtapalapa arraiga desde muchos siglos atrás, incluso antes de la llegada del Señor de la Cuevita al pie del Cerro de la Estrella.

La imagen del Santo Entierro que se venera en el Santuario del Señor de la Cuevita, hoy Catedral de la Diócesis de Iztapalapa, originalmente pertenecía a la Parroquia de San Lucas Evangelista. El Miércoles de Ceniza, los fieles acostumbraban hacer penitencia frente al Santo Entierro, por lo que la imagen era colocada en el pasillo del templo para que la gente hiciera penitencia al momento de pasar a tomar ceniza.

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Cuando los peregrinos de Villa de Etla, Oaxaca, buscaban desesperadamente la imagen del Señor de la Cuevita por los alrededores del pueblo de Ixtapalapa, entraron a la Parroquia de San Lucas y al ver la imagen del Santo Entierro, amenazaron con llevárselo si no se les devolvía su imagen, que milagrosamente fue encontrada en una cuevita al pie del Cerro de la Estrella, donde después se levantaría el Santuario del Señor de la Cuevita.

El sismo de 1957 fracturó una de las capillas laterales de la parroquia de San Lucas, lo que provocó que se derrumbara la bóveda del templo,  y de entre los escombros fue rescatado el Santo Entierro. Por este motivo, la imagen se trasladó al santuario y se decidió colocarla en la cueva donde se apareció el Señor de la Cuevita, marcando el lugar exacto de la aparición, conservándose la antigua costumbre de hacer penitencia frente al Santo Entierro que se coloca en el pasillo, al centro de la ahora catedral.

El traslado se realiza un domingo antes del miércoles de ceniza por los miembros del Consejo Pastoral Tres de Mayo del Santo Sepulcro, Señor de la Cuevita, quienes custodian la imagen original del Señor de la Cuevita y del Santo Entierro.

En un acto a puerta cerrada, se realiza el cambio de ornamentos de ambas imágenes con los debidos cuidados que requieren por su antigüedad, y se traslada al Santo Entierro al pasillo central, donde se coloca una cruz de flores a la cabecera, ofrenda donada por la familia Neria, encabezada por Don Enrique Neria, una persona de más de 90 años de edad que platica que su papá ya donaba la cruz floral porque así se lo había encomendado su abuelo. No se sabe desde que fecha la familia realiza esta ofrenda, pero en la actualidad son los hijos de Don Enrique quienes cumplen con esta ofrenda floral.

LA PACIFICADORA DE IXTAPALAPA

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Al pie de la cruz de flores, a la cabecera del Santo Entierro se coloca la imagen de la Virgen de la Soledad que se venera en la Parroquia de San Lucas y que llaman La Pacificadora, porque durante la Guerra Cristera, los cristeros entraron a Ixtapalapa e intentaron profanar el Santuario del Señor de la Cuevita, entonces conocido como el Calvario de Ixtapalapa.

Se dice que un comandante entró a caballo al templo y vio a una señora vestida de negro que lo expulsó con un fuerte grito y el caballo salió desbocado, suceso que asustó a los soldados que se retiraron de inmediato. Luego entraron a la parroquia de San Lucas y se dieron cuenta que la mujer que acababan de ver en el santuario y que los echó fuera, era la misma Virgen de la Soledad, entonces se retiraron del pueblo. Por esta razón se le conoce como la Pacificadora de Ixtapalapa, pues Ella es la que trae la paz entre los cristeros y los ixtapalapenses.

Desde entonces, la Virgen de la Soledad visita el santuario el Miércoles de ceniza y el Viernes Santo para acompañar en la Procesión del Silencio que recorre los ocho barrios y que es la más antigua de Ixtapalapa. La imagen de la Virgen colocada al pie de la cruz florida y a la cabecera del Santo entierro, simboliza el misterio en que María recibió el cuerpo de su hijo Jesucristo al pie de la cruz.

EL MARTES DE CARNAVAL

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La devoción al Santo Entierro, la costumbre de hacer penitencia el Miércoles de Ceniza y la visita de la Virgen de la Soledad al santuario dieron origen a la celebración del Martes de Carnaval en honor al Santo Entierro, pues es el último día en que se puede hacer una fiesta antes de empezar el tiempo de Cuaresma, respetando la solemnidad y la austeridad establecida por la Iglesia.

En esta celebración participan la Sociedad del Alumbrado que coloca cirios en torno al Santo Entierro como si se estuviera velando a Nuestro Señor. Las mayordomías del Martes de Carnaval de los medios pueblos de Axomulco y Atlalilco acuden al Santuario del Señor de la Cuevita para las celebraciones de cada mayordomía, así como la Mayordomía de los Solteros que también hace acto de presencia en la celebración Eucarística y en la procesión por las calles de Ixtapalapa.

Anteriormente, el Martes de Carnaval marcaba el fin de los carnavales, pero actualmente, en Ixtapalapa, más que el fin, marca el inicio del carnaval porque es cuando las comparsas empiezan a salir a las calles, costumbre que se extiende por toda la demarcación.

Años atrás, la Sociedad de Martes de Carnaval pedía que fuera a bailar una comparsa con ellos, y que solo los acompañara un momento, para continuar con la fiesta normal en casa del mayordomo, pero con el paso de los años, se fueron formando comparsas y organizaciones que salen a bailar a las calles el Martes de Carnaval, iniciando desde el fin de semana anterior, portando disfraces satíricos, por lo que esta celebración combina los ritos de la Iglesia Católica, la religiosidad popular y el carnaval meramente pagano.

Con información de: Juan Pablo Serrano