«Te saludo entre las flores, antes de romper el alba…»
Por: Diego Rodarte
Nuestra Señora de Zapopan visitó a sus hijos de la Ciudad de México que no pudieron peregrinar hasta su santuario el pasado 12 de octubre de 2020 debido a la contingencia sanitaria por COVID-19. Esto en el marco de la Peregrinación Anual de la Guardia de Honor de Nuestra Señora de Zapopan a la Basílica de Guadalupe, que se lleva a cabo cada año el último domingo de febrero, donde se congregaron miembros de las Guardias de Catedral, Iztapalapa y Azcapotzalco y una representación de la Guardia Regia que acompañó la imagen peregrina de Nuestra Señora de la Expectación de Zapopan, ataviada con el ajuar que portó durante la Romería Virtual 2020.
En esta ocasión, las Bandas de Guerra guardaron silencio, y las escoltas no marcharon por la Calzada de Guadalupe hasta el Tepeyac para rendir honores a la Virgen María en dos de sus advocaciones más queridas: Guadalupe y Zapopan; solo se limitaron a esperar el arribo de la sagrada imagen que entró en camioneta por la puerta 5 del recinto mariano y fue llevada hasta la entrada de la Basílica donde se improvisó un sencillo altar para presidir la celebración Eucarística, que en esta ocasión se llevó a cabo desde el balcón central de la Basílica, siguiendo los protocolos sanitarios establecidos por las autoridades del santuario.
La llegada de la Generala causó emoción entre sus devotos y sorpresa entre los fieles que visitaron el Tepeyac y que pudieron contemplar de cerca, aunque sea por unos momentos, a la Reina Tapatía que el pasado mes de enero celebró el Centenario de su Coronación Pontificia.
La celebración Eucarística fue presidida por el Ministro Provincial Fray Ángel Gabino Gutiérrez Martínez, Superior de la Provincia Franciscana de los Santos Francisco y Santiago en México. Durante la homilía, referente al segundo domingo de Cuaresma, Fray Ángel explicó que cuando el ser humano se siente desesperado, busca el rostro de Dios y a su vez, Dios se manifiesta en la persona de Jesús:
«Podemos tener a María Santísima como intercesora, a los santos, a grandes personajes de la historia de la Iglesia, pero ninguno se compara con la voz de Jesús, porque la voz de Jesús es la voz del Padre que nos dice como amar, como comportarnos, como ser entre nosotros y como hacer el bien y eso lo aprendió muy bien María de Guadalupe, la Madre del Verdadero Dios por quien se vive.
Si verdaderamente amamos a la Virgen en su advocación de Guadalupe o de Zapopan, o de cualquier otra advocación, pero sabiendo que es María, seremos auténticos marianos si escuchamos la voz de María que nos dice: Escuchen a mi Hijo, escuchen a Jesús, porque Ella sabe que la única palabra que salva es la palabra de Jesús».

Al finalizar la Santa Misa, la imagen de la Zapopana fue trasladada al carrillón para recibir el saludo de los miembros de las Guardias de Catedral, Iztapalapa y Azcapotzalco, que en esta ocasión no pudieron rendir los honores correspondientes, pero elevaron su oración y alabanza personal a la Niña Peregrina, que se retiró del recinto Guadalupano para visitar a sus hijas del Monasterio Ave María en la Ciudad de México y más tarde el templo de Santiago Tlatelolco.
«El protocolo ha sido diferente, pero algo ha sido igual, la presencia de María Santísima con sus Guardias en la Ciudad de México… Nuestra Madre está con nosotros por algo y para algo, y ustedes, como fieles custodios, como fieles guardianes de Ella, es el momento en que cada uno, los que están aquí y los que venimos de Guadalajara nos encomendemos a Nuestra Madre Santísima en esta advocación de Zapopan, por eso es Nuestra Generala, somos sus guardias, somos su ejército… esta ocasión fue diferente pero nos quedamos contentos porque María Santísima estuvo con nosotros», expresó José De Jesús Galindo Rodríguez, Coordinador General de La Guardia de Honor proveniente de Jalisco.
Cabe señalar que en febrero de 2020, la peregrinación de la Guardia de Honor fue de las últimas peregrinaciones provenientes de un santuario mariano que recibió la Basílica de Guadalupe antes de la emergencia sanitaria, y en esta ocasión la Virgen de Zapopan es la primera imagen que reciben de manera oficial durante la contingencia, estando la Ciudad de México en semáforo naranja, respetando en todo momento los protocolos de sana distancia, pero también alentando la fe de un pueblo que ama profundamente a la Virgen María, Reina, Madre, Generala y Emperatriz de estas tierras y de todo el continente.