San Antonio Culhuacán

«Al invocar, pues, por intercesión de San Antonio Abad la bendición de Dios sobre estos animales, alabemos al Creador de todo, démosle gracias por habernos elevado por encima de las demás criaturas y pidámosle que, conscientes de nuestra dignidad, vivamos siempre al amparo de su ley».

Por: Diego Rodarte

El barrio de San Antonio Culhuacán se llenó de singular alegría al celebrar la fiesta de su Santo Patrón, San Antonio Abad, una festividad en la que se congregan decenas de personas para la tradicional bendición de los animales, acto que distingue la fiesta del barrio de San Antonio de los barrios de Culhuacán.

A pesar de formar parte de los ocho barrios de Culhuacán, el barrio de San Antonio no es considerado como uno de los más antiguos, puesto que no aparece en el plano de 1580 y es hasta 1600 cuando comienza a aparecer en los libros de bautizos de la Parroquia de San Juan Evangelista, por lo que se cree que este barrio se formó en el siglo XVII.

No se sabe con exactitud donde se construyó la primera capilla donde se dio culto a San Antonio Abad, pues la capilla actual fue construida en la segunda mitad del siglo XX y solo se conserva un pequeño cuadro que enmarca un cromo de San Antonio Abad bendiciendo a los animales y que fue la imagen titular de la capilla por muchos años.

En la actualidad se venera una imagen tallada en madera que representa a San Antonio sosteniendo el libro de los evangelios, a su lado un marranito que recuerda la jabalina que acompañó al santo en su vida de ermitaño y una mazorca en la mano, recordando que Culhuacán fue un pueblo agrícola. La capilla está bajo el resguardo de una familia que asume la mayordomía y durante un año se encarga de la limpieza y la administración de la misma, pues esta no depende directamente de la Parroquia de San Juan Evangelista.

Existen otras mayordomías menores como la mayordomía de la banda, la organización del castillo, la organización de los toritos y del baile, organizaciones que se coordinan con los mayores de San Antonio para preparar las fiestas patronales.

Una de las mayordomías principales es la del Señor del Calvario, con quienes los mayores de San Antonio se coordinan para la visita del Señor del Calvario durante la fiesta como lo marca la tradición del pueblo, pues el 16 de enero, vísperas de la fiesta de San Antonio Abad, acuden al santuario para el cambio de colchita del Señor y por la tarde trasladarlo en procesión a la capilla de San Antonio, donde permanece hasta la octava de la fiesta.

El día principal, 17 de enero, inicia con las tradicionales Mañanitas y la misa solemne en honor a San Antonio Abad, pero el momento que congrega mayor número de fieles, incluso de otros lugares, es la bendición de los animales. A las 05:00 de la tarde, las personas llegan con sus mascotas a la entrada de la capilla donde ya los espera la imagen de San Antonio para cumplir con este ritual que es un acto de amor hacia las criaturas creadas por Dios y que nos acompañan en la vida cotidiana.

IMAGEN TITULAR DE LA CAPILLA DE SAN ANTONIO ABAD, CULHUACÁN

“Los animales, creados por Dios, habitan el cielo, la tierra y el mar, y comparten la vida del hombre con todas sus vicisitudes. Dios, que derrama sus beneficios sobre todo ser viviente, más de una vez se sirvió de la ayuda de los animales o también de su figura para insinuar en cierto modo los dones de la salvación.

Los animales fueron salvados en el arca de las aguas del diluvio y, después del diluvio, quedaron asociados al pacto establecido con Noé; el cordero pascual recordaba el sacrificio pascual y la liberación de la esclavitud de Egipto; un gran pez salvaguardó a Jonás; unos cuervos alimentaron al profeta Elias; los animales fueron agregados a la penitencia de los hombres y, junto con toda la creación, participan de la redención de Cristo”.

Perros, gatos, peces, gallinas, tortugas, roedores, canarios, pericos, caballos y uno que otro animal exótico, llegan a la capilla en brazos de sus dueños para recibir la bendición, un momento alegre en el que se ríe y se comparte de las travesuras de los animalitos para los que se pide, incluso su protección, tal es el caso de una señora de Coyoacán que desde hace ocho años lleva a su perrito, el cual se perdió unos días antes de la fiesta, y tras invocar la ayuda de San Antonio Abad, el perrito apareció y regresó con su dueña un 17 de enero, por lo que cada año lo llevan a recibir la bendición y agradecer la presencia de su peludo amigo.

Como es costumbre en los barrios de Culhuacán, la fiesta se traslada para en domingo siguiente del día principal, y es en las vísperas cuando se enflora la capilla, se coloca la portada y la mayordomía de la banda saca en procesión la imagen de San Antonio para recorrer las calles del barrio donde se realizan varios descansos y los vecinos ofrecen algún refrigerio para agradecer la presencia del Santo Patrón, terminando el recorrido después de la media noche.

El domingo, el barrio de San Antonio recibe a los barrios invitados que acuden con las imágenes y los estandartes de sus Santos Patrones para entregar sus promesas y participar en la misa solemne de la fiesta y convivir después en casa de los mayordomos.

Otra de las tradiciones que distinguen al barrio es que el lunes de la octava se regala pinole a quienes asisten a la capilla, no se sabe a ciencia cierta el porque de esta costumbre, pero tiene que ver de alguna manera con el pasado agrícola de Culhuacán, donde se sembraba abundante maíz.

Durante la semana de la octava se realizan los rosarios en honor al Señor del Calvario y se realizan recorridos por el barrio con la imagen peregrina del Santo Entierro y el domingo de la octava, el Señor del Calvario regresa a su santuario, concluyendo así la fiesta patronal del barrio de San Antonio.

Esta festividad se ha llevado de manera ininterrumpida y se sabe de su antigüedad gracias a un libro de misas de 1834 que pertenece a la parroquia de San Juan Evangelista, en el que se registra la misa del 17 de enero en honor a San Antonio Abad, sin embargo, en aquel tiempo la fiesta se realizaba en la parroquia y no en el barrio como tal y el testimonio de los adultos mayores del barrio respalda que la tradición de la bendición de los animales se ha llevado a cabo desde muchos años atrás y que se mantiene viva, dando identidad al pueblo de Culhuacán.

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