Por: Diego Rodarte
Miles de fieles se dieron cita en el Templo de San Hipólito para celebrar una vez más las fiesta de San Judas Tadeo, abogado de las causas difíciles y desesperadas.
Desde el 27 de octubre comenzaron a llegar peregrinaciones de diferentes puntos de la ciudad: caminando, en bicicleta, con los pies descalzos y portando la imagen de San Judas Tadeo en brazos o en altares ambulantes llevados en hombros, los peregrinos acudieron a cumplir su promesa de visitar a quien fuera uno de los 12 apóstoles de Cristo y considerado uno de los más intrépidos en la predicación, capaz de penetrar el Evangelio en los corazones más duros.
A modo de manda, algunos devotos regalaban desde estampas, pulseras y escapularios con la imágen de San Judas Tadeo, hasta flores y alimentos para los peregrinos que se congregaban en las inmediaciones de San Hipólito.
En el interior del templo se celebró la Santa Misa cada hora y se daba la bendición a los fieles con una reliquia de San Judas Tadeo.
Otro lugar que también recibió a los devotos de San Judas Tadeo fue la capilla de la Tercera Orden, a un costado de la todavía Parroquia de San Bernardino de Siena, donde también se rinde homenaje a San Judas Tadeo.
Con flores y veladoras, regalando dulces y comida, los fieles de Xochimilco agradecieron a San Judas Tadeo los favores recibidos. En algunas capillas y domicilios particulares también se celebró la fiesta del 28 de octubre.