La cruz de pericón

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Por: Diego Rodarte

Una de las tradiciones con mayor arraigo en los pueblos del Valle de México y del altiplano es la de colocar en las vísperas del 29 de septiembre, fiesta de San Miguel Arcángel, una cruz hecha con flor de Yauhtli, mejor conocida como flor de Pericón o Hierba de San Juan,  en puertas y ventanas de los hogares, negocios, corrales, vehículos, y principalmente en las milpas y lugares de siembra para pedir la protección de San Miguel Arcángel contra las asechanzas del demonio, quien según la tradición, la noche del 28 de septiembre escapa de su cárcel y deambula por los pueblos  metiéndose en las casas sembrando el mal y destruyendo las siembras. Sólo aquellos que tengan una cruz de pericón podrán evitar que entre a sus hogares.

Esta tradición surge durante el Virreinato, cuando los misioneros franciscanos  cristianizaron la costumbre  de ofrendar flores a los ídolos prehispánicos e invocaron a San Miguel Arcángel para extinguir la idolatría.

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Según un antiguo relato, San Miguel y el demonio libraron una batalla en un campo florido, en la que Satanás fue arrojado a los abismos, quedando el lugar deslumbrante, pues la oscuridad había sido desterrada, motivo por el que las flores  brillaron como pequeños soles , uniéndose a la alabanza divina  y destellando en voces de luz al grito de: «¿Quién como dios?».

Es así como el color amarillo de la flor de pericón se asocia con aquellos destellos de luz que lanzaron las flores para anunciar el triunfo de San Miguel Arcángel sobre la vanidad de Lucifer, además recuerdan a los ángeles que guiados por San Miguel permanecen fieles a Dios, razón por la que los campesinos comenzaron a colocar cruces elaboradas con abundantes flores de pericón en sus chinampas y parcelas al final de la temporada de lluvias, anunciando también el inicio de la cosecha.

En la actualidad, muchas personas van al campo a cortar las flores de pericón o la compran en los mercados, formando las cruces amarradas con hilos de cera, para después llevarlas a bendecir y colocarlas en las entradas de sus hogares como signo de protección.

En San Miguel del Milagro, Tlaxcala, se tiene la creencia de que con la fiesta de San Miguel Arcángel llega la primera helada del año, finalizando así la temporada agrícola, por lo que se tiene la costumbre de recoger la cosecha de maíz, cebada, frijol, haba o chícharo el día 28 de septiembre y dejar la tierra libre, pues por la tarde, el hielo de la helada terminará con todo, al mismo tiempo que San Miguel Arcángel bajará y caminará entre las parcelas para bendecirlas.

En otros puntos del país, la fiesta de las cruces de pericón o «periconeada», es conocida como la «primera elotiza», pues se aprovecha la ocasión para compartir elotes, esquites, tamales, tortillas y otros productos derivados del maíz, para celebrar y agradecer a Dios los frutos de un año de trabajo, esperando que bajo la protección de San Miguel Arcángel, haya una buena cosecha para el año siguiente.

Con Información de: Iram Rafael Munguia Quiroz

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