El Señor de los Trabajos de Puebla

¡Oh Señor de los Trabajos!, que con tanto costo nos redimiste, sed nuestro consuelo en las cruces, nuestra providencia en las necesidades y nuestro sostén en las tentaciones…»

Por: Diego Rodarte

Ciudad de Puebla

En la ciudad de Puebla, en el siglo XVI, un hombre joven fue encarcelado injustamente bajo el cargo de asesinato. Tras pasar algunos años en prisión y sin tener ninguna respuesta de la justicia por encontrar al verdadero culpable, el joven se encomendó a Nuestro Señor Jesucristo, rogándole lo sacara de ese martirio.

Entre sus rezos, el preso le prometía que si se aclaraba el delito y la justicia reconocía su inocencia, le pintaría una imagen representando su Pasión. A los pocos días salió de prisión y las autoridades le pedían disculpas por haberlo tenido encerrado por varios años.

Ya estando libre, el joven se dirigió a una ermita que era visitada por los indígenas, conocida como la capilla de San Pablo de los Naturales; como era sumamente pobre, el joven comenzó a pedir ayuda para poder pagar la manda que había hecho y los fieles lo ayudaron con lo que tenían.

Compró todo lo necesario para comenzar la pintura, la cual plasmó en un muro exterior de la capilla, sin embargo, representó mucho trabajo para el joven, ya que nunca antes había pintado, y cuando había terminado, se desató una fuerte lluvia que deslavó la pintura, por lo que nuevamente se dedicó a pintarla.

Al terminar, todos lo vanagloriaron, ya que la imagen tenía una belleza singular, y decidió llamarla El Señor de los Trabajos, por dos razones: la primera, por el gran trabajo que tuvo para pintarla y la segunda por el esfuerzo que tuvo que realizar Jesús al cargar la cruz.

El Señor comenzó a conceder sus dones a través de la sagrada imagen a todo aquel que le asistía, creciendo así la devoción al Señor de los Trabajos, por lo que, en 1856, el sacerdote del lugar pidió a las autoridades trasladar la imagen al interior de la capilla de San Pablo, ya que corría muchos riesgos en el sitio donde se encontraba. Como la pintura se realizó en un muro de adobe, pensaron que sería muy difícil el traslado y que seguramente sufriría daños, pero milagrosamente la pasaron sin ningún problema y la pintura en el adobe se colocó en el altar en el que actualmente se venera y así el templo de San Pablo de los Naturales pasó a conocerse como el Templo del Señor de los Trabajos.

Algunas versiones refieren que fue un hombre oriental el que pintó la imagen del Señor de los Trabajos con gran maestría, representando a Jesús camino del Calvario, ayudado por Simón de Cirene y acompañado por María, su Madre, San Juan, María Magdalena y dos verdugos.

Anteriormente, la imagen solía ser revestida con una túnica roja sobrepuesta, una corona de espinas dorada y algunos milagros que colgaban de la túnica como testimonio de sus bondades para con los fieles, pero los sismos que golpearon la ciudad de Puebla en 1999 y en 2017, provocaron algunos daños en la pintura del Señor de los Trabajos, por lo que tuvo que ser intervenida y se tomó la decisión de que, para su conservación, lo mejor era retirar los ornamentos.

Su festividad es el cuarto viernes de cuaresma, fecha en que se reúnen todos sus fieles para agradecerle los favores recibidos, principalmente la salud, y el haber encontrado o mantener su trabajo, y todas aquellas gracias que el Señor concede para el bien de su pueblo y de la humanidad.

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