Por: Diego Rodarte
Central de Autobúses del Norte de la Ciudad de México, 29 de noviembre de 2019.
Una gran cantidad de pasajeros se agolpaba en los andenes de salida, naturalmente por ser fin de semana, pero a diferencia de otras corridas nocturnas, el camión a San Juan de los Lagos se llenó casi en su totalidad. Los comentarios entre los pasajeros indicaban que todos tenían el mismo objetivo: «acostumbramos ir a ver a la Virgen de San Juan ocho días antes de su fiesta, luego el día 8 (de diciembre) no se puede ni entrar, siempre hay mucha gente»; «nosotros vamos a cumplir una promesa… es bien milagrosa la Virgen de San Juan y vamos a darle las gracias».
Otros parecían saber del gran acontecimiento del que serían testigos: «Son 250 años de la bendición de su santuario, dicen que la van a bajar y que la van a llevar a la iglesia de San Juan… nosotros nada más vamos el 15 de agosto cuando la bajan para dar la bendición, pero dice mi´ja que hasta tapetes van a hacer, se va a poner bonito».
San Juan de los Lagos, 30 de noviembre de 2019
El autobús arribó a San Juan de los Lagos a las 5:00 de la mañana. A esa hora, un nutrido grupo de personas bajaba en dirección a la Catedral Basílica de San Juan de los Lagos. Al llegar al centro, se podía observar a los artesanos de Ixmiquilpan, Hidalgo, terminando los monumentales tapetes de aserrín que indicaban el camino por el que pasaría la Virgen, mientras que en la entrada de la Catedral – Basílica se observaba una portada floral elaborada por peregrinos de Toluca.
La noche anterior se abrió la Puerta Santa, quedando inaugurado el Año Jubilar concedido por el Papa Francisco del 30 de noviembre de 2019 al 8 de diciembre de 2020, periodo en que los fieles podrán ganar la Indulgencia Plenaria, es decir, el perdón de sus pecados y la restauración de la comunión con Dios, y que se puede aplicar de forma personal o por las ánimas del purgatorio. Para poder obtener esta indulgencia, los fieles tienen que pasar por la Puerta Santa de la Catedral Basílica de San Juan de los Lagos, confesarse debidamente y con el firme propósito de renunciar a toda forma de pecado, comulgar en la Santa Misa y orar por las intenciones del Papa Francisco.

Con este beneficio espiritual, los fieles entraron al santuario, a pie o de rodillas, para encontrarse con la bendita imagen de la Virgen de San Juan de los Lagos que lucía bellamente ataviada con un ajuar traído de España y que le fue colocado el pasado 28 de noviembre en un momento histórico para los fieles que pudieron presenciarlo, pues contrario a otras ocasiones en que la Virgen es revestida en la Sacristía, en esa ocasión fue revestida en el altar en presencia de los fieles que pudieron contemplarla por un momento en la humildad de la escultura que llegó colgada en el pecho de Fray Miguel de Bolonia hacia el año de 1542.
Conforme avanzaba la mañana, el movimiento era cada vez mayor en el santuario y sus alrededores, y en punto de las 9:30 am, en medio de cantos y alabanzas la Virgen de San Juan fue bajada de su camarín para ser colocada en andas y salir en procesión por las calles. Un grito de júbilo y alegría resonó en el santuario al ver salir a la Virgen de la Sacristía; lágrimas, aplausos y plegarias se percibían al paso de la Inmaculada Virgen que transitaba por una alfombra de pétalos blancos que fue colocada en el pasillo central minutos antes de la procesión.
Al salir de su santuario, las campanas resonaron a vuelo, mientras que la emoción de los fieles al ver salir a su Reina era incontenible, pues pocas veces se tiene la oportunidad de contemplarla de cerca y hacía muchos años que no se le veía procesionar por las calles. Tal júbilo solo podía compararse con la alegría que se vivió aquel 30 de noviembre de 1769 cuando fue trasladada en medio de una fastuosa procesión al templo que actualmente cobija la pequeña imagen de María Santísima.
Escoltada por elementos de seguridad, el Cabildo, sacerdotes, seminaristas y la Banda Sinfónica de Zacatecas, la Virgen de San Juan ingresó a la Parroquia de San Juan Bautista, templo que albergó la sagrada imagen de 1658 a 1769. En este lugar se rezó la coronilla en honor a la Virgen de San Juan y se recordaron los acontecimientos que ocurrieron en su antiguo santuario:
«Madre Santísima, gracias por tu visita a esta que fue tu casa por tanto tiempo… aquí llegaste en esa cajita de dos puertas antes de que te hiciéramos tu palacio, el gran palacio donde ahora estás. Aquí era un pueblo todavía pequeño, donde solamente en una ocasión al año se llenaba de gente para la feria del 8 de diciembre, el resto de sus habitantes tenían que sobrevivir de su trabajo, de sus ventas tan sencillas, este pueblo pequeño, pero había crecido, era pueblo ya de españoles e indígenas… se cambió la orientación de tu santuario, ahora para que vieras hacia donde se extendía la mayoría de casas en este tan irregular pueblo asentado entre arroyos y pequeños montículos… y las peregrinaciones seguían creciendo.
En este lugar, el Obispo de Guadalajara, en 1666 te dio el título de Inmaculada Concepción y pidió que tu fiesta fuera cada 8 de diciembre y aquí juró, en nombre de todo el clero de Guadalajara que defenderían el dogma de la Inmaculada Concepción tan controvertido en aquellos tiempos en Europa, que se daría cuando el Papa Pío IX proclamara hasta 1854 el dogma.
En este lugar fuiste viendo el crecimiento del pueblo, el cambio de su fisonomía, los problemas que se avecinaban cuando estaba destinado a ser un pueblo cosmopolita pero que todavía tendía a conservar tantas tradiciones… y de aquí saliste un día como hoy allá a tu casa en 1769″.

También se recordó como se vivieron los festejos de los 200 años del traslado de la Virgen a su Catedral – Basílica en 1969, siendo San Juan de los Lagos una ciudad que enfrentó diferentes cambios sociales y culturales:
«Entonces fueron tres días de fiesta: el día 28 llegaste a donde ahora es el primer milagro para recibir ahí el homenaje de todos los matlachines, en una plaza entonces despejada, en la cual, las comunidades indígenas podían venir a honrarte y danzar todo el día allí en tu honor.
Después, día 29, estuviste aquí, en esta la que fue tu casa. Aquí te dio el homenaje propiamente tu pueblo de San Juan de los Lagos. Aquí te velaron en la noche, después de unas solmenes vísperas. Aquí fue la Pontifical de ese día, predicada por el señor Guadalupe Padilla. Aquí pudiste salir solemnemente hacia la Catedral, que entonces era Basílica para la Pontifical inicial del novenario de la Inmaculada Concepción y comenzar tus fiestas.
Como ha cambiado todo, ya no es aquel pueblito pobre, es una ciudad».
Entre otros acontecimientos se recordó la erección de la Diócesis de San Juan de los Lagos y la visita del Papa San Juan Pablo II que marcó la historia y la devoción a la Virgen de San Juan:
«El Papa, el Vicario de Cristo vino a postrarse a tus plantas allá en tu palacio y esto haría que San Juan ya no tuviera solamente tres momentos de fiesta con la afluencia de peregrinos, sino que fuera una continua fiesta de los que vienen de fuera a honrarte».
Antes de concluir el momento de oración se pidió a la Virgen de San Juan que siga siendo la Madre que da identidad y evangeliza al pueblo peregrino en San juan de los Lagos y que siga guiando a sus fieles por el verdadero camino: «necesitamos volver a encontrar a Jesús como cuando llegaste en el pecho de Fray Miguel de Bolonia».

La procesión salió de la Parroquia de San Juan Bautista de regreso a la Catedral. A lo largo del camino, niños y jóvenes de diferentes escuelas, entre porras y cantos, hacían una vaya para saludar a la Virgen, mientras que otros rezaban el rosario y entonaban alabanzas.
El repique de las campanas anunciaba con júbilo el regreso de la Virgen a su casa para presidir la Misa Solemne celebrada por Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey, quien en su homilía destacó el gusto de celebrar 250 años de la presencia de la Virgen María en su Santuario que se traducen en santidad, ternura, milagros y alegría para todo el pueblo fiel:
«No podemos dejar de agradecerle hoy al Señor esta fiesta, esta Iglesia Catedral, esta Basílica siempre plena, siempre llena de gracia porque está la Virgen María. Evoca toda la historia de la salvación… la casa de la Virgen María es casa de santidad, en ella habita el Dios Altísimo…pero en esta Iglesia Catedral está siempre la Madre de Dios, la Madre de la Iglesia y Nuestra Madre».
Al final de la celebración, los Obispos ahí reunidos dieron la bendición con la sagrada imagen de la Virgen de San Juan, como ya es costumbre, por los cuatro puntos cardinales para que los fieles pudieran contemplarla y poner en sus manos sus plegarias, posteriormente la Virgen ingresó a su Basílica en medio del júbilo de sus fieles, quienes en un momento de gran emotividad entonaron a una sola voz la canción popular «La Manda» escrita especialmente para la Virgen de San Juan de los Lagos.

Los festejos por los 250 años del traslado de la Virgen de San Juan a su Catedral – Basílica culminaron con un concierto de la Banda Sinfónica del Estado de Zacatecas, la proyección de un maping en la fachada de la Catedral, la quema de fuegos pirotécnicos y el inicio del novenario de preparación para la Solemnidad de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre.