La procesión de los faroles

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Por: Diego Rodarte

Cholula, Puebla

Famosa por tener la pirámide más grande del mundo, la ciudad de Cholula se iluminó la noche del 31 de agosto con La procesión de los faroles, que marca el inicio de las festividades en honor a su patrona la Virgen de los Remedios de Cholula, cuyo templo fue construido precisamente en la cima de la pirámide Tlachihualtepetl (cerro hecho a mano) entre 1592 y 1613, en donde fue entronizada una imagen de la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción (Tota Pulcra) y que con el paso del tiempo sería conocida como Nuestra Señora de los Remedios.

Alrededor de las 8:00 de la noche, los 10 barrios de San Pedro Cholula, acompañados por las imágenes de sus Santos Patrones y sus respectivas mayordomías, comenzaron a congregarse al pie de la pirámide para esperar la bajada de la Virgen, que recorrería las calles principales del municipio, iluminada por la luz de los faroles que portaban miles de asistentes.

La procesión fue encabezada por un grupo que portaba claverías del siglo XIX, las cuales se utilizan en las procesiones solemnes que se realizan en Cholula y cuyo uso era común en tiempos virreinales. Detrás, ordenados de acuerdo a su antigüedad, los barrios de San Matías Cocoyotla, San Cristóbal Tepontla, La Magdalena Coapa, San Pablo Tecama, Santa María Xixitla, San Juan Calvario Texpolco, Santiago Mixquitla, San Miguel Tianguisnahuac, Jesús Tlatempa y San Pedro Mexicalizingo, abrieron paso a la Virgen de los Remedios.

Además de los faroles, los mayordomos portaban el Cetro de la Mayordomía y el plato o demanda de limosnas, adornados con flores y la imagen su Santo Patrón, con los que el mayordomo pide las limosnas necesarias para las festividades de su respectivo barrio. La música de banda, los cohetes, porras y vivas a la Virgen acompañaron el recorrido que culminó minutos después de las 12:00 de la noche.

Uno a uno, los barrios entraron al templo para saludar a la Virgen inclinando ligeramente el anda en la que portaban a su Santo Patrón, como señal de respeto y reverencia, para después ocupar su lugar en el atrio del Santuario y entonar las tradicionales mañanitas a Nuestra Señora de los Remedios e iniciar el día de fiesta con la Misa Solemne o Misa de Gallo.

Aunque es una tradición reciente, La procesión de los faroles ha ido cobrando fuerza año con año, convocando no solo a los fieles de los barrios, sino también de otros puntos del país que se suman a este recorrido.

LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS EN CHOLULA

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En torno a la imagen de Nuestra Señora de los Remedios de Cholula existen varias leyendas y creencias populares sobre su llegada al Tlachihualtepetl; una de ellas  dice que Fray Martín de Valencia era dueño de la pequeña imagen, y mientras viajaba al Nuevo Mundo, escuchó una voz que le decía: «Hazme un santuario en lo alto de un cerro hecho a mano». Cuando llegó a Cholula, vio un cerro muy alto y le explicaron que estaba hecho de adobe, en ese momento, Fray Martín comprendió que ese era el lugar donde la Virgen quería que se construyera el santuario, y que aquella voz no era producto de su imaginación, más bien una revelación.

Otra leyenda narra que un fraile que subió al Tlachihualtepetl, llevaba consigo la escultura de la Virgen, la cual extravió en las inmediaciones del cerro, tiempo después, se vieron unos destellos en la cumbre y cuando los frailes fueron a investigar de donde provenían, encontraron la sagrada imagen.

Una versión más refiere que la imagen venía en el cargamento de un soldado español que venía con Hernán Cortés. El soldado se quedó en el convento de San Gabriel, donde enfermó, quedando al cuidado de un fraile que lo cuidó durante la enfermedad y a quien le heredó todas sus pertenencias antes de morir. Un día, el fraile vio que una luz salía del cargamento del soldado y al abrirlo encontró la milagrosa imagen de la Virgen de la que salió un rayo de luz que se dirigía a la cima del Tlachihualtepetl, lo que el fraile interpretó como una señal de que debía construirse un templo en ese lugar.

Como se mencionaba anteriormente, la escultura representa a la Inmaculada Concepción y en el siglo XVIII se le añadió una imagen del Niño Jesús a la altura de su vientre para resaltar la Maternidad Divina de María, haciendo eco a las palabras del Ave María: «Bendito es el fruto de tu vientre».

Su culto creció rápidamente en la región, pues era invocada en las calamidades públicas y los fieles se encomendaban a Ella en sus necesidades, por lo que comenzaron las bajadas a diferentes puntos de Cholula, y ante los milagros y maravillas  que la Virgen obraba se le dio el título de Nuestra Señora de los Remedios, por remediar los males y dolencias de su pueblo.

La devoción a la Virgen de los Remedios fue promovida por la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, fundada en Francia en 1193 y que tiene como patrona de la Orden a Nuestra Señora del Remedio, también conocida como del Buen Remedio o de los Remedios, y que según la tradición se apareció a San Juan de Mata y a San Félix de Valois, fundadores de la orden para entregarles el escapulario Trinitario, y  le dieron el título del Remedio por las veces en que Ella acudió en su ayuda, cuando era invocada en los momentos de mayor necesidad. Esta devoción se extendió a España y llegó a México con los soldados españoles, por lo esta advocación está ligada a la conquista y a la evangelización del Nuevo Mundo.

Con información de: Tacho Juárez Herrera

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