Su nombre

«Si lo predicas ablanda las voluntades obstinadas, si lo invocas dulcifica las más ásperas tentaciones, si piensas en Él te ilumina la inteligencia, si lo escuchas te alimenta el corazón».

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Por: Diego Rodarte

Existen muchos elementos que le dan un toque particular a la devoción del Niñopa, pero sin duda, uno de estos elementos principales es el nombre que le da identidad a esta advocación del Niño Jesús amada por el pueblo de Xochimilco.

De acuerdo con la tradición que se ha transmitido por generaciones, la palabra Niñopan viene de la unión del vocablo español «niño» y la palabra náhuatl «pan» que significa «en el lugar de» y se ha traducido como «El lugar del Niño» o bien «El Niño del Lugar».

No se sabe con exactitud desde cuando se le daba este nombre a la sagrada imagen, pues el Cronista de Xochimilco Rodolfo Cordero López (1937 – 2018) en su libro Niñopa: origen de una tradición religiosa en el pueblo de Xochimilco, comenta que en el siglo XVII ya se celebraban las posadas en honor al Niño Grande del pueblo, pero no menciona el nombre Niñopan, y algunas personas mayores originarias de los 17 barrios recuerdan que sus abuelos identificaban al Niño con otros nombres, como el Niño de las Tres Potencias, haciendo alusión a las potencias que se le colocan a la sagrada imagen y que representan el misterio de la Santísima Trinidad en la persona del Niño Jesús.

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Cordero López señala que la palabra Niñopan toma resonancia a finales del siglo XIX y se forma del vocablo castellano «niño» y de la palabra de origen náhuatl «pan» que significa «en el lugar de» por lo que se entendería como «El lugar del Niño» y hace referencia a la mayordomía, que es el espacio destinado a la veneración de la sagrada imagen dentro de la casa del mayordomo. Es por eso que en pueblos como San Mateo Xalpa todavía se suele utilizar la expresión «vamos al Niñopan» refiriéndose a la mayordomía o bien al lugar que visita el Niño, pues de acuerdo con la Doctora en Historia del Arte, Mariza Mendoza Zaragoza, el Niñopan trasciende al espacio sagrado dentro de la mayordomía cuando en casa de los hospederos y posaderos se dispone de un altar para la veneración del Niño durante sus visitas a los hogares.

Aplicando la palabra Niñopan para dar identidad a la sagrada imagen del Niño, el nombre se traduce como Niño del Lugar. Pero, no hace muchos años, se eliminó la letra «n», por lo que en la actualidad al Niño se le identifica más con el nombre de Niñopa sin perder el sentido de su significado, aunque originalmente el nombre se componía de dos palabras: Niño Pa, que según la tradición proviene del sustantivo niño y del apócope* «pa» de «pale» (Padre): Niño Padre, pues los xochimilcas identificaron en el pequeño Jesús la figura del Padre Celestial que los cuida, protege y proveé en sus necesidades, dando sentido a las palabras del Evangelio de San Juan: «Quien me ha visto a mi ha visto al Padre» (Jn 14:9).

Por lo tanto, los tres nombres son completamente válidos para identificar al Niño Jesús de Xochimilco al mismo tiempo que se complementan entre sí:

Niñopan: El lugar del Niño o Niño del Lugar

Niñopa: Niño del lugar

Niño Pa: Niño Padre

REFLEXIÓN PERSONAL

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Cuando era niño, mi primer acercamiento con el Niñopa fue a través de una portada que decía «BIENVENIDO NIÑOPAN» y mi primera reacción ante este nombre fue preguntar si el Niño estaba hecho de pan.

Recordando esta anécdota y descubriendo la riqueza espiritual que encierra el Niñopan, más allá de la tradición, me atrevo a decir que su nombre podría tener un sentido incluso Eucarístico, pues el Niñopan nos recuerda que Cristo, en el misterio de su Pasión, se entrega como alimento de vida eterna: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá para siempre». Y es a través de esta imagen sagrada del Niño Jesús como nos encontramos con Cristo vivo en la Sagrada Eucaristía cada que «acompañamos» a Misa durante las visitas y posadas.

No somos nosotros quienes llevamos a Misa al Niñopan, es el Niñopan quien nos guía a su encuentro y se entrega en el sacrificio de la Misa para alimentarnos con su palabra, con su cuerpo y su sangre en comunión.

La trascendencia de su nombre va más allá del sentido histórico o del lenguaje, pues rescatando las palabras de la Dra. Mariza Mendoza: «Niñopan significa El lugar del Niño, ese espacio es mi corazón, tiene que ver con mi forma de actuar y sobre todo estar con los demás. No solo hace referencia a la escultura o posiblemente al lugar donde permanece, es el lugar que ocupa en mi vida, en mi ser, es la presencia de Dios en mi existencia».

*Apócope: Supresión o pérdida de uno o más sonidos en la posición final de una palabra.

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