Por: Diego Rodarte
San Andrés Totoltepec, Tlalpan
Cuentan que años atrás una fuerte sequía asolaba al pueblo de San Andrés Totoltepec, por lo que los moradores decidieron sacar la imagen del Santo Patrón, San Andrés Apóstol, quien hizo llover sobre los campos favoreciendo así a la población dedicada a la agricultura. Este prodigio coincidió con la fiesta de Corpus Christi, convirtiéndose esta celebración en la «fiesta chica» del pueblo para honrar a Jesús Eucaristía y a San Andrés Apóstol.
Durante mucho tiempo, esta festividad generó tensiones entre los Párrocos que llegaban a San Andrés y los habitantes, pues en este día dedicado a celebrar al Santísimo Sacramento, los fieles daban mayor peso a San Andrés Apóstol, cuya fiesta grande es el 30 de noviembre.
Se dice que aunque el Párroco resaltaba en todo momento al Santísimo Sacramento, los fieles buscaban que San Andrés tuviera un lugar privilegiado y que destacara por encima del Santísimo. Pero los tiempos han cambiado y el diálogo ha logrado que la fiesta de Corpus Christi tenga un sentído Eucarístico sin hacer de lado la figura del Santo Patrón, dedicando el Jueves de Corpus a la exposición del Santísimo y el resto de los días a la veneración a San Andrés, por lo que la fiesta se extiende hasta el domingo siguiente y la semana posterior.
La fiesta es organizada por los mayordomos del pueblo, quienes se encargan de recaudar fondos y comprar lo necesario. Cada mayordomía asume una responsabilidad: recibir las danzas de los arrieros y chínelos, las bandas de música, los cohetes, el castillo y las promesas, por lo que parte de su compromiso será organizar una comida para los grupos correspondientes a cada mayordomía.
La fiesta de Corpus Christi 2019 comenzó con una serie de conferencias previas al día de la fiesta. El miércoles 19 de junio, vísperas del Jueves de Corpus, se realizó una procesión con el Santísimo Sacramento por las calles Morelos, Corregidora, 5 de febrero, Reforma, 5 de mayo y Vicente Martínez, donde familias voluntarias colocaron capillas pozas para tener un momento de adoración frente a Jesús Sacramentado.
El Jueves de Corpus, el Santísimo Sacramento estuvo expuesto todo el día en el altar, siendo reservado durante las dos misas celebradas en las que mamás, abuelas o familias enteras llevaron a sus niños vestidos con trajes de manta bordados a la usanza indígena, recordando que los campesinos estrenaban ropa y las mujeres se engalanaban para acudir con sus mulas cargadas de la cosecha a la bendición que se realizaba el Jueves de Corpus y que le dio el nombre popular de «día de las mulas».
Una vez terminada la celebración litúrgica, fue dada la bendición con el Santísimo para volver a ser expuesto en el altar.
La festividad continuó el fin de semana con la recepción de ofrendas y la tradicional danza de los arrieros en el atrio de la Parroquia de San Andrés, mientras los Chínelos brincaban jubilosos al ritmo de la banda, agradeciéndo así a San Andrés Apóstol el favor de las lluvias y las buenas cosechas, razón por la que la imágen titular lleva en su mano una mazorca que evoca las raíces agrícolas del pueblo.