«Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo»
Por: Diego Rodarte
San Juan Ixtacala, Estado de México
Su origen es una incógnita para los fieles de San Juan Ixtacala, pues aunque goza del afecto y la devoción del pueblo, no se sabe cuando llegó ni quien es el autor de la tierna imagen de San «Juanito», que cada 24 de junio es el centro de una de las fiestas más importantes de la Arquidiócesis de Tlalnepantla.
Fundado bajo el nombre de San Juan Ixtacala en el siglo XVI, el pueblo contó con una sencilla ermita que tuvo como patrono titular a San Juan Bautista, sin embargo, la imagen de San Juan Bautista niño no corresponde al siglo XVI, tal vez al siglo XVIII y pudo haberse inspirado en un óleo que se encuentra en el pueblo de San Juan Tuxtepec, en Chapa de Mota, Estado de México, por tener características muy similares.
Al preguntarle a los abuelos del pueblo sobre el origen de la imagen, ellos afirman que San Juan Bautista niño siempre ha estado en el templo junto a San José, co-patrono del pueblo y que siempre acompaña a San Juanito en las procesiones. Se dice que antes el pueblo tenía dos fiestas, la de San José, el 19 de marzo y la de San Juan Bautista, el 24 de junio; con el tiempo, la fiesta de San José se perdió, no así la de San Juan Bautista, por lo que San José se convirtió en el compañero inseparable de San Juan.
Pero el origen de la imagen pareciera ser lo de menos, pues San Juanito, como lo llaman de cariño, es muy querido por sus fieles que lo visitan todos los domingos en el bautisterio de la Parroquia de San Juan Bautista y que lo acompañan en sus procesiones por las calles de Ixtacala durante sus festividades.
Uno de los momentos centrales de la fiesta es precisamente la procesión que se realiza el domingo más próximo al 24 de junio, cuando San Juanito recorre las colonias de San Juan Ixtacala, que lo reciben con las calles adornadas con papel picado y tapetes de Aserrín; además regalan café, atole, pan, tamales u otros alimentos a quienes acompañan el recorrido, muchos de ellos provenientes de otros pueblos.
Anteriormente el anda de San Juanito era adornada con semillas, frutas y flores y a San Juan se le colocaban collares de flores y frutas para agradecer algún favor. También existe un grupo de colectoras, mujeres de edad avanzada que por tradición y fe, se encargan de juntar fondos para las festividades del 24 de junio, día en que San Juanito hace una procesión más corta por el centro del pueblo.
LA BONDAD DE SAN JUANITO

Eduardo Caballero Rodríguez está al frente del comité que organiza las fiestas patronales en honor a San Juanito. Entre sus responsabilidades, tiene que organizar el novenario de preparación y las actividades culturales de la fiesta, además de coordinarse junto al Párroco para las actividades litúrgicas y las procesiones.
Eduardo cuenta que él y su familia fueron favorecidos por San Juanito, pues cuando estudiaba en la preparatoria, un día de la fiesta de San Juan, su mamá fue internada de urgencia por un problema hepático. Triste por la situación, y viendo la alegría de la fiesta en medio de su situación, Eduardo fue a reclamarle a San Juanito y pedirle que lo ayudara.
La plegaria de Eduardo no quedó sin respuesta, y tres días después, su mamá salió del hospital. El domingo siguiente, día de la procesión, su mamá, todavía convaleciente, sintió la necesidad de acompañar a San Juanito en su recorrido, el cual aguantó sin problemas, lo que fue visto como señal de que su salud se había reestablecido. Agradecido, año con año Eduardo llevaba algo para la fiesta, ya sea una gruesa de cohetes o un arreglo floral. Con el tiempo, el Párroco lo invitó a integrarse al comité organizador de la fiesta de San Juan, y desde hace tres años el actual párroco lo puso al frente de la organización, trabajo con el que Eduardo agradece no sólo la salud de su madre, también las bendiciones recibidas.
Las mujeres que no pueden quedar embarazadas acuden a la intercesión de San Juanito para obtener el milagro de concebir un hijo, pues recordemos que el mismo San Juan Bautista fue concebido en el vientre estéril de Santa Isabel seis meses antes de la encarnación del Hijo de Dios en el seno de María.
Quienes se han visto favorecidas por este don, ofrecen a San Juanito un manto que usa durante su fiesta. Estos son solo algunos testimonios de los milagros de esta peculiar advocación de San Juan Bautista, pues aunque en museos de todo el mundo se aprecian pinturas y esculturas de San Juan bautista en su infancia, ya sea solo o jugando con el Niño Jesús, San Juan Ixtacala es de las pocas comunidades en México que venera una imagen de San Juan niño, lo que no sólo despierta la curiosidad de los fieles, sino también la devoción al Profeta del Altísimo.