Por: Diego Rodarte
Una vez más los fieles de Juchitepec cumplieron su compromiso con el Señor de las Agonías. La cita fue a las 4:30 de la mañana de este 27 de mayo en la Parroquia de Santo Domingo; una noche antes, El Generalísimo fue cambiado de cendal y bajado de su camarín al pie del presbiterio para presidir la procesión rogativa en la que se pide por un buen temporal.
En esta ocasión, tocó al barrio de Cuauhtzozongo la primera rogativa. Acompañado por la imagen del Señor de las Ánimas, el General de Generales salió de su templo en punto de las 5:00 de la mañana para recorrer la estación con el rezo de la Letanía de los Santos, el rezo del Santo Rosario y el canto de alabanzas. El paso del Señor de las Agonías fue adornado con improvisados tapetes que los fieles devotos del General colocaron entrada la madrugada, predominando los pétalos blancos que las mujeres del pueblo arrojaban a los pies del crucificado.
El cielo estrellado y un ambiente de solemnidad acompañaron el recorrido de dos horas por las calles de Juchitepec, al que se sumó una gran cantidad de fieles que portaban cirios y veladoras para alumbrar el camino, hasta el amanecer, hora en la que el Señor ingresó nuevamente a su templo. Fue así como se vivió la primera Letanía, el día 28 tocará al barrio de Calayuco y el barrio de Juchi cerrará con la última Letanía, que de acuerdo con la promesa hecha al Señor de las Agonías, se realiza los tres días anteriores al Jueves de la Asención.
Cabe señalar que esta promesa surgió debido a que el pueblo de origen campesino, enfrentaba una fuerte sequía, por lo que, a modo de penitencia, decidieron sacar en procesión al Señor de las Agonías por el atrio de la Parroquia, obteniendo así el milagro de la lluvia sobre sus campos. Con el paso de los años eran más personas las que se sumaban a las Letanías, por lo que la procesión se extendió a la plaza principal y después a la actual «estación» destinada para las procesiones del General.