Por: Diego Rodarte
Con una Misa Solemne en la capilla del Ángel, dio inicio el Año Jubilar por los 500 años de la llegada de la imagen de Nuestra Señora de los Remedios a tierra mexicana.
Como es costumbre en los actos solemnes dedicados a Nuestra Señora de los Remedios, la sagrada imagen de la Virgen bajó de su camarín y fue trasladada en solemne procesión, en esta ocasión, sin portar el ajuar que la reviste, pues la intención es mostrar a los fieles a la Virgen en su talla original, así como llegara el 19 de abril de 1519, siendo la primer advocación de la Virgen María en llegar al continente de América.
En la homilía de apertura del Año Jubilar, Monseñor Jorge Cuapio Bautista, Obispo Auxiliar de Tlalnepantla, se refirió a Nuestra Señora de los Remedios como madre y maestra que moldea con dulzura el corazón de su pueblo, e invitó a los fieles a meditar de la mano de María tres elementos que proclama el evangelio de la Anunciación: la alegría, la plenitud del amor y la donación a la misión.
«La fidelidad a la misión la trajo a esta bendita tierra mexicana, su amor a Dios y su compasión por nosotros la hicieron compañera de camino de un grupo de hombres intrépidos, fortaleza en la batalla que solo terminaría con la reconciliación de los pueblos, consuelo en la derrota y en el dolor de quien buscaba sus propios intereses pero estaba lejos del tesoro de la salvación. María fue siempre Madre de todos porque traía para nosotros la semilla de la iglesia» señaló Mons. Jorge Cuapio.
Al final la celebración litúrgica y tras el rezo de la Salve, entre vivas, aplausos, música de banda y el repique de las campanas, la bendita imagen de Nuestra Señora de los Remedios fue trasladada de regreso a su Basílica donde fue colocada al pie del presbiterio para que los fieles pudieran contemplarla de cerca y venerarla, en palabras del rector del santuario, Mons. Francisco Cano Chabolla, con toda su sencillez y humildad.
Cabe señalar que para este año dedicado a la Virgen de los Remedios, la imagen de 27 centímetros tallada en madera, fue restaurada en su camarín por el Dr. Pablo Amador, especialista de primer orden y de la Restauradora Claudia Alejandra Garza, responsable de la Dimensión de Bienes Culturales y Arte Sacro de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, con la autorización y la supervición del INAH.
Entre los trabajos de restauración de la bendita imagen, se retiraron hasta 14 capas de pintura en algunas zonas de la escultura y se repararon daños que la imagen sufrió con el paso de los años. Cabe destacar que quienes quieran apreciar a la Virgen de los Remedios en su talla original, podrán hacerlo en su camarín durante el año jubilar que inició el 14 de febrero de 2018 y culminará el 1 de julio de 2020.