Por: Diego Rodarte
Desde hace más de 70 años, fieles del medio pueblo de Atlalilco en Ixtapalapa, constituidos en una Sociedad, ofrendan a la Virgen de Guadalupe festón de pino natural que ellos mismos elaboran de manera artesanal para adornar la Basílica del Tepeyac y que durante muchos años decoró el santuario mariano más importante de América durante las celebraciones del 12 de diciembre y las fiestas de navidad.
Esta tradición se desarrolla en el marco de la peregrinación anual del pueblo de Ixtapalapa a la Basílica de Guadalupe el último miércoles del mes de noviembre. El señor Fausto Gonzáles Morales es uno de los pioneros de esta tradición:
«Había una peluquería y nos juntábamos muchos jóvenes ahí, yo tendría como unos 17 años, y junto con otros señores ya mayores iniciamos la Sociedad del festón, algunos ya murieron, otros se desligaron de nosotros y yo soy el único que sigue en pie…»
Don Fausto recuerda que en aquellos años la forma de organización consistía en dar una cooperación y buscar el lugar para cortar las ramas de pino con las que se teje el festón:
«En ese tiempo era una cooperación muy baja, era de tres pesos para sufragar esos gastos. No teníamos donde cortar, andábamos buscando por Topilejo y en otros lugares… hubo un año que ya no teníamos de donde traerlo, y los muchachos, para cumplir con esa devoción se fueron por Puebla, a San Rafael Atlixco. Fueron de noche para poder hacer el festón, como quien dice fueron a robar las ramas, pero pues era una cosa de necesidad para poder cumplir con nuestra Madre santísima».
Fue gracias a un compañero de trabajo que Don Fausto y los miembros de la sociedad encontraron el lugar adecuado donde año con año van a conseguir las ramas de pino: Cañada de Alferes, ubicada en el pueblo de San Lorenzo Acopilco, en la Alcaldía Cuajimalpa.
«Trabajaba yo en Galletas y Pastas Tepeyac, ahí hice amistad con un señor que llegó a trabajar como portero, y después de platicarle lo que hacíamos me llevó a ver a un señor que se llamaba Franco y a otro que se llamaba Francisco Laguna, ellos eran de la forestal del monte de Acopilco y ellos nos dieron permiso de ir a cortar cada año el pino para el festón… cada año el señor Franco nos recibía y la gente de ahí nos ayudaba a cortar ramas. Después que el señor Franco murió, nos recibió su hijo y después su nieto y hasta la fecha nos siguen ayudando».
En 1940 la familia de Don Fausto estuvo a cargo de la mayordomía de la Virgen de Guadalupe del medio pueblo de Atlalilco y en tres ocasiones ha sido mayordomo del festón, la última vez fue en el año 2008, cuando Rafael Montoya, movido por su fe donó la imagen de la Virgen de Guadalupe de la Sociedad.
«En aquel tiempo llevábamos el festón a la Antigua Basílica a colgarlo en la noche el día miércoles para el día jueves y ya estuviera en la misa que se hacía, que se hace del pueblo de Ixtapalapa… hasta que se acababa la última misa comenzábamos a adornar, acabamos de colgar como a las cuatro, cinco de la mañana, toda la Basílica antigua y el que era mayordomo pues llevaba tamales, lo que es la tradición del pueblo, les daban café a todos los que iban, incluso a los que iban a labrar la portada y a colocarla».
A sus 83 años de edad, Don Fausto sigue formando parte de la sociedad del festón, y aunque el peso de los años ya no le permite participar en las faenas de recolección y tejido del pino, sigue aportando para los gastos de la Sociedad y vive agradecido con la Virgen de Guadalupe por las bendiciones con la que Ella lo socorre:
«¿Quién como Ella nos ha dado todo? ¿Quién como Ella? no nos abandona, porque gracias a Dios todavía seguimos, yo le doy gracias que todavía estoy aquí con ellos… y mientras me preste vida seguiré participando».
LA MAYORDOMÍA
La mayordomía del festón del medio pueblo de Atlalilco está constituida por una mesa directiva y una mayordomía que asume el compromiso de prestar el espacio para la elaboración del festón y ofrecer los alimentos a todos los que participan en la limpieza de las ramas y el tejido de las hojas.
Este año la mayordomía estuvo encabezada por los niños Ángel Gabriel y Lilian Lizeth Gutiérrez Montoya representados por sus padres, quienes le transmitieron a sus pequeños la devoción a la Virgen de Guadalupe:
«Mi hermano fue el que donó la imagen de la Sociedad, ya que solo contaban con un estandarte y fue deseo de mi hijo traerla a esta casa, lo platicamos con la familia y fuimos a pedir la imagen de la Virgen y esperamos ocho años para poder tenerla» explicó Liliana Montoya, madre de los pequeños mayordomos y que año con año acude a la peregrinación del pueblo de Ixtapalapa, participando activamente en las tareas de preparación previas a la peregrinación al Tepeyac.
Los preparativos comienzan a finales del mes de septiembre, después de las festividades en honor al Señor de la Cuevita, pues tienen que ir a pedir permiso a las personas de Acopilco para hacer el corte de ramas de pino que utilizarán, pero es el sábado previo a la peregrinación que comienza el trabajo arduo para la mayordomía, pues reciben en casa la imagen de la Virgen de Guadalupe y el estandarte de la Sociedad. Este año se hizo la invitación a los asistentes para que acompañaran a Cañada de Alferes a la recolección de pino.
El domingo muy temprano, partieron al lugar establecido para realizar las labores de corte y llenar a tope 20 costales de yute. Los mayordomos ofrecieron una comida a los que ayudaron en esta faena. Después de una convivencia en el paraje, regresaron a Ixtapalapa y extendieron las hojas para humedecerlas y así garantizar que permanecieran frescas para su manipulación.
El lunes por la mañana, llegaron a la mayordomía familiares, amigos y vecinos voluntarios que descotonaron la hoja que acomodan en racimos dentro de cajas de tal forma que pueda manipularse fácilmente. Por la tarde, llegan los tejedores, quienes se encargan de armar las piezas de festón de 20 metros de largo y que se realizan de forma artesanal, como se ha hecho desde hace más de 70 años.
La tarde del martes, el presidente de la Sociedad, acompañado por compañeros de la mesa directiva hacen un recorrido para recoger los adornos que complementarán el arreglo de festón que se coloca en la Basílica. La señora Rosa Margarita Guzmán Valdés, viuda de Granados es la encargada de donar 12 estrellas de flores a la Virgen desde el 2003, y desde hace dos años, junto con su familia elaboran dichas estrellas como un regalo a la Señora del Cielo:
«Las regalo con mucho gusto, me da mucha alegría donarle esas estrellas a la Virgen, porque años muy atrás yo quería ser mayordoma, pero faltó mi esposo, y ya no pudimos pedirla y me siento a gusto de darle este obsequio a la Virgen, ya que no pude ser mayordoma, siquiera obsequio las estrellas y le pido que me preste la vida más años para poderlas seguir dando» comenta doña Rosa.
La siguiente parada es en casa del señor Margarito Guzmán Peralta, quien desde hace más de 35 años elabora flores de papel para el adorno de la Virgen, una tradición que le fue heredada por su familia y que él se ha encargado de transmitir a los suyos:
«Año tras año dona el trabajo para el adorno que se coloca en la Basílica de Guadalupe y si Dios le presta vida seguirá haciendo este trabajo, que lo hace de corazón para apoyar a la tradición, dedicándole tiempo y horas de trabajo en agradecimiento a la Virgen» comenta Jesús Cuauhtémoc Guzmán Ramírez, uno de los herederos de esta tradición.
En total, Margarito y su familia entregan 12 racimos de 12 docenas cada uno, trabajo que la Virgen de Guadalupe bendice con salud y bienestar para la familia.
La última escala fue encasa de la familia López Medina, que fungirá como mayordomía en función en el 2019 y que es presentada ante la comunidad en casa de los mayordomos en turno. Humberto López, junto con su esposa Bárbara Medina esperaron ocho años para asumir este compromiso:
«Mis padres nos inculcaron esta tradición y la seguimos conservando… estamos muy contentos de que por fin vamos a cumplir y pues que tenemos salud, tengo a mi familia, y agradecidos con toda la gente que nos acompaña» expresó Humberto López.
Por su parte Bárbara Medina manifestó su alegría al ver que la espera había terminado y como madre de familia encomienda a la Guadalupana el cuidado y la formación de sus hijos: «Le pido simplemente que guíe a mis hijos por el buen camino, que les vaya bien en la escuela, que a mi esposo le de salud, el trabajo principalmente, que no nos falte el sustento en el hogar, teniendo eso que se haga su voluntad».
Acompañados de la música de banda y de los vecinos del medio pueblo de Atlalilco, caminaron a casa de la familia Gutiérrez Montoya, que como mayordomía en turno siguió la tradición de regalar tamales después de la presentación de los nuevos mayordomos que regalaron bolsas de fruta a los asistentes. Este año, como parte de los festejos se quemó un castillo de pirotecnia en honor a la Virgen de Guadalupe.
A las 02:00 de la tarde del miércoles, los mayordomos, la Sociedad y voluntarios partieron rumbo a la Basílica de Guadalupe para cumplir con su compromiso de adornar el santuario, que consistió en colocar el festón en las barandillas de las capillas altas junto con las flores y estrellas que fueron donadas. La meta era tener el santuario listo para la llegada de los primeros peregrinos de Ixtapalapa.
Esta es solo una muestra del trabajo que realizan las diferentes Sociedades formadas en torno a la Virgen de Guadalupe en el pueblo de Ixtapalapa, y que congrega a toda la comunidad que se organiza bajo diferentes tareas a fin de seguir con un acto de devoción que ha trascendido generación tras generación.
«Muchas gracias a todas las personas que nos han acompañado, estamos muy contentos como familia, porque es la primera vez que la familia Gutiérrez Montoya adquiere un compromiso así hacia la Virgen y es una gran bendición y reitero, estamos muy agradecidos con todas las personas que nos han apoyado de una o de otra manera para que todo esto se haga de la mejor manera posible» finalizó Liliana Montoya.