Por: Diego Rodarte
Con motivo de la solemnidad de Santa Cecilia de Roma, Patrona Universal de los Músicos, la Unión Mexicana de Mariachis «Santa Cecilia» que tiene su sede en la popular Plaza Garibaldi, realizó la 76° peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe y celebrar así el Día del Músico.
Los festejos iniciaron la tarde del 21 de noviembre con la presentación de elencos artísticos en Plaza Garibaldi y en punto de la media noche cientos de mariachis entonaron las tradicionales Mañanitas en honor a Santa Cecilia.
A las 10:00 de la mañana del 22 de noviembre tuvo lugar la Santa Misa de acción de gracias en la que miembros de la Unión de Mariachis entonaron los cantos de la Misa Panamericana, alegrando con sus notas la celebración y guardando la solemnidad y el respeto de la misma.
Poco después de las 11:00 de la mañana dio inicio la peregrinación hacia la Basílica de Guadalupe, a la que se fueron integrando músicos de otros géneros, que con la imagen de Santa Cecilia en brazos, encaminaron sus pasos a la casa de la Virgen Morena para agradecer un año más de trabajo.
En su camiar por Calzada de Guadalupe, los mariachis, organizados de acuerdo a sus instrumentos, interpretaron los temas más representativos de la música mexicana como El Son de la Negra, Guadalajara, El Garabato, Las Olas así como temas dedicados a la Morenita como Mi Virgen Ranchera y por supuesto La Guadalupana.
En medio de un ambiente de alegría concluyó la peregrinación con la Misa Solemne en el santuario del Tepeyac, donde la Unión de Mariachis participó nuevamente con la parte musical.
Fue así como los interpretes de la música mexicana honraron a su Santa Patrona, Santa Cecilia, nacida en Roma en fecha indeterminada y que fue martirizada por mantenerse fiel al cristianismo. Logró que su esposo Valerio respetara su virginidad y se convirtiera a la fe cristiana junto con su hermano Tiburcio, pero fueron denunciados ante Turco Almaquio quien ordenó fueran martirizados.
Se dice que en su noche de bodas Cecilia entonaba alabanzas a Dios y durante su martirio se mantenía en actitud de alabanza y tras sobrevivir al ser encerrada en una caldera con agua hirviendo fue decapitada ganando así la corona del martirio.
En 1594 el Papa Gregorio XIII la nombró patrona de los músicos al considerar que su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió su nombre en símbolo de la música.