El Señor de las Maravillas

«Líbranos de las tristezas de la vida presente y alcánzanos las eternas alegrías de la vida inmortal».

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Por: Diego Rodarte

El Templo de Santa Mónica, ubicado en el centro de la ciudad de Puebla de los Ángeles fue construido en el siglo XVII por Don Fracisco Reynoso y Don Julián López y es uno de los más visitados por albergar una bella imagen de Jesús Nazareno en el momento de la tercera caída y que goza de especial veneración por los poblanos y fieles de otros estados que lo visitan.

Se dice que una tarde se desató una tormenta y un rayo derribó un gran árbol que se encontraba en el templo de San José y para aprovechar la madera, el párroco mandó tallar una imagen de Nuestro Señor Jesucristo con un hábil artesano que al final entregó una hermosa escultura del nazareno a la que se le dio el nombre de «El Señor de la caída» aunque también fue conocida con el título de «El Señor del rayo».

La imagen se rifó entre los conventos de la ciudad y fueron las religiosas Agustinas de Santa Mónica las que ganaron la imagen a la que colocaron en el templo junto con las esculturas de dos soldados romanos que acompañaban al Señor. Una noche, una de las novicias escuchó gemidos dentro del templo, y al asomarse para ver que pasaba descubrió que los soldados azotaban al nazareno, por lo que dio aviso a la madre superiora quien ordenó que fueran retirados y destruidos para evitar que siguieran martirizando al Señor de la caída.

Este suceso causó gran conmoción y aumentó la veneración a la sagrada imagen por medio de la cual los fieles obtenían los favores de Dios,  principalmente los enfermos que con devoción se acercaban al nazareno, pero entorno a Él existe una leyenda que le dio el nombre con el que actualmente se le conoce: El Señor de las Maravillas.

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Cerca del templo de Santa Mónica se encontraba la cárcel de San Juan de Dios a la que acudía una mujer para llevar comida a su esposo que se encontraba preso en aquel lugar. En una de aquellas visitas conoció a un preso, compañero de su esposo que no tenía quien lo visitara y decía estar sólo en el mundo.

La mujer, compadecida, decidió llevarle de comer a escondidas de su marido, pero al cumplirse la sentencia de su esposo, ella continuó llevando comida al preso, lo que con el tiempo despertó las sospechas de su marido, al punto de pensar que su mujer le era infiel con otro hombre.

Cierto día, cegado por los celos, el hombre tomó un puñal y fingió ir a trabajar para espiar a su mujer quien salió como todos los días con la cesta con comida para el preso y al verla tomar el camino hacia la prisión sacó el puñal y le gritó: ¿Qué llevas en la canasta? a lo que la mujer asustada respondió: «llevo maravillas para el Señor de la caída» el marido le arrebató la canasta y al retirar la servilleta que la cubría vio con sorpresa que la canasta estaba llena de flores silvestres conocidas como maravillas y de inmediato le pidió perdón a la mujer.

Ella, aún asustada, le confesó que efectivamente llevaba comida, pero no para su amante, sino como un gesto de compasión por un preso solitario. El hombre comprendió la caridad de su mujer y fueron juntos a ofrecer aquellas flores al Señor de la Caída.

Este acontecimiento fue comentado por los alrededores de la ciudad y fue así como la piedad popular nombró al nazareno con el nombre de El Señor de las Maravillas a quien los poblanos le profesan una especial devoción que se ha extendido por toda la República Mexicana y que es motivo de peregrinaciones que llegan al templo de Santa Mónica a ofrecer sus oraciones y elevar sus plegarias, principalmente el 1 de julio, día en que se celebra su fiesta.

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Sus devotos afirman que cumple con todas las peticiones que le hacen, principalmente aquellas que tienen que ver con problemas de salud o económicos. También se cuenta que en el año 2011 ocurrió un suceso curioso, pues al retirar las sandalias de la imagen, una de ellas tenía la huella de pisada y manchas de sudor, como si la hubiera usado, hecho que fue fotografiado y documentado.

Desafortunadamente, el sismo del 19 de septiembre de 2017 dañó severamente el Templo de Santa Mónica, por lo que el año siguiente, los festejos se limitaron a la visita de los fieles que haciendo una sola fila pudieron apreciar por unos minutos la sagrada imagen del Señor de las Maravillas que se encuentra rodeada de polines que sostienen la estructura del templo.

Pero este no ha sido el único siniestro que ha sufrido el templo, pues el 1 de enero de 2013, el templo de Santa Mónica se incendió debido a la gran cantidad de veladoras que se encontraban en el quemador, pese a ello, el Señor de las Maravillas no sufrió ningún daño gracias a los cristales blindados que lo protegen y que fueron colocados después del robo ocurrido hace más de 15 años en el que dos ladrones extrajeron piezas de valor que se encontraban en el nicho de la imagen.

A pesar de esto, la fe de los peregrinos se sigue manifestando a pesar de las restricciones de las autoridades, su devoción y su amor hacia el Señor de las Maravillas sigue en pie. Cabe mencionar que la imagen del Señor de las Maravillas  participa en la procesión del Viernes Santo, junto con otras advocaciones veneradas en el centro de la ciudad de Puebla.

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