Por: Diego Rodarte
El domingo de la octava de Pentecostés la iglesia celebra el misterio de la Santísima Trinidad, es decir, a Dios en sus tres personas: Padre, creador del cielo y de la tierra; Hijo, que con su muerte y resurrección redimió a la humanidad del pecado y Espíritu Santo, que con su aliento da vida y vida en abundancia al mundo entero.
Esta festividad tiene un especial arraigo en el antiguo pueblo de Culhuacán en Iztapalapa, pues sus ocho barrios se congregan en torno a la iglesia del Señor del Calvario para celebrar a la Santísima Trinidad y al Cristo negro que cobija y protege a toda la comunidad: El Señor del Calvario.
Poco se sabe sobre el origen de este Cristo elaborado con la técnica de pasta de caña, una leyenda refiere que fue encontrado por unos canteros que mientras trabajaban escucharon el llanto de un bebé dentro de las cuevas y después de buscar de donde procedía dicho llanto encontraron la sagrada imagen en una cuevita, en donde, según las Relaciones del Arzobispado de 1743, se construyó una capilla para ser venerado por los naturales de Culhuacán e Iztapalapa.
Con el paso de los siglos El Señor del Calvario fue tomando un lugar importante en la devoción de los habitantes de Culhuacán y en el siglo XIX se construye el actual templo que alberga la sagrada imagen en el altar mayor y que está bajo el cuidado de un grupo de mayordomos compuesto por una pareja de cada barrio que durante un año asume el compromiso de servir al Señor organizando las festividades de la Santísima Trinidad, la fiesta del Divino Salvador el 6 de agosto y las actividades de la Semana Santa en la que se lleva a cabo el cambio de mayordomía.
Cada mayordomo recibe bajo su custodia una de las 16 demanditas, que son copias del Señor del Calvario y cada semana recorren los barrios recaudando los donativos para el mantenimiento del santuario y la organización de las festividades.
Durante las vísperas de la fiesta de la Santísima Trinidad, el Señor del Calvario recibe la visita de la peregrinación del Barrio de Xaltocán, Xochimilco y de los barrios de San Francisco, Santa Ana, Santa María Tomatlán, los Reyes, San José Tula, San Simón, San Andrés Tomatlán, San Antonio y las mayordomías de la Virgen de la Bala de Culhuacán y el Señor de Chalma, para colocar portadas elaboradas con diversos materiales y presentar sus promesas.
El domingo, día de la fiesta grande, la imagen del Señor del Calvario sale al atrio para la celebración eucarística en la que se reunirán los ocho barrios junto con las imágenes de los santos patrones y las demanditas. La fiesta en honor al Señor del Calvario dura una semana completa, en la que cada barrio ofrece una misa por su comunidad, estas festividades coinciden con el Jueves de Corpus, cuando se realiza una procesión con el Santísimo Sacramento por el ex convento de Culhuacán.
La fiesta concluye con la entrega de “El mayorcito” la demandita más antigua, de la que se dice, apareció con la imagen grande del Señor. Durante todo el año “El mayorcito” recorre las casas de los habitantes de Culhuacán y Xochimilco, convirtiéndose en un signo que hermana a todas las comunidades en torno a un solo Señor.
Es todo un privilegio ser de Culhuacán… Tradiciones hermosas
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