Por: Diego Rodarte
El color y la alegría del estado de Oaxaca se hicieron presentes en la Basílica de Guadalupe durante la Peregrinación Anual de la Arquidiósesis de Antequera – Oaxaca que se realiza cada 12 de mayo.
Después de un largo viaje y tras caminar por la Calzada de Guadalupe, los oaxaqueños acompañados por el Arzobispo Pedro Vázquez Villalobos se encontraron ante la mirada dulce de la Virgen de Guadalupe y participaron en la celebración Eucarística armonizada con la tradicional «Misa Oaxaqueña».
Durante el ofertorio, Monseñor Pedro Vázquez recordó que Oaxaca: «es un pueblo pobre con muchas carencias, pero que sabe compartir lo que tiene con el hermano, porque Oaxaca es un pueblo que confía en Dios».
Al término de la celebración, la alegría y el júbilo de los oaxaqueños se vio reflejado con los bailes de la tradicional Guelaguetza que se presentaron en el atrio de la Basílica a un costados del reloj monumental, en donde se hicieron presentes las danzas de las regiones de Tehuantepec, Tuxtepec, la Mixteca, la Costa, Santiago Pinotepa, Pochutla entre otras que mostraron el colorido de su tierra con danzas como la Danza de la Pluma, Flor de Piña, el Jarabe del Valle de las Chinas Oaxaqueñas y la llevada del Guajolote.
De esta forma el estado de Oaxaca refrenda su fe, devoción y gratitud a la Emperatríz de América, con la promesa de volver el próximo año.
EL COLOR DE LA FE 