«No desprecien a ninguno de estos pequeñitos, porque les hago saber que sus ángeles de la guarda en el cielo están viendo siempre la cara de mi Padre celestial, así, quien acogiere a un niño en su seno a mi me acoje».
Por: Diego Rodarte
Con la celebración de la Santa Misa en la Parroquia de San Bernardino de Siena y con una Kermes en su honor, el pueblo de Xochimilco festejó al Niñopa este 30 de abril con motivo del Día del Niño. De acuerdo con la tradición, esta es la segunda fiesta más importante en torno al niño peregrino que reside actualmente en la calle Trajineras, en el Barrio de Xaltocan.
Desde la noche anterior la estudiantina junto con la comparsa de chinelos y otros grupos que integran la mayordomía entonaron las mañanitas al Niñopa, abriendo con esta serenata los festejos propios del día.
Antes del medio día, partió la procesión hacia la parroquia de San Bernardino para la celebración de la misa en la que se recordó que esta devoción no se limita a solo ofrecer obsequios al Niñopa, sino que nos llama a cuidar, educar y proteger a todos los niños, en especial a aquellos que se encuentran en situación vulnerable, creando los espacios adecuados para mantenerlos lejos de las adicciones y la violencia, de no hacer esto, se estaría cayendo en una falsa devoción que sólo se limita a lo material.
Terminada la misa, el Niñopa regresó en procesión al Barrio de Xaltocán, donde ya lo esperaban varios grupos de personas que colocaron puestos de comida adornados con globos y temáticas infantiles, algunos por manda, otros por tradición, pero todos con el único fin de reafirmar su amor y fe a quien ha acompañado a Xochimilco en sus momentos de gloria y en sus horas difíciles.
Entre porras y aplausos, el Niñopa pasó en medio de la Kermes para bendecir a quienes lo visitaban y una vez entronizado en su altar, se formó una fila para entregar las ofrendas de comida y juguetes que sus fieles le llevaban con cariño, para después compartir los alimentos con los visitantes y obserquiar algunos presentes a los niños como pelotas, juguetes y dulces que alegraron los pequeños.
Cabe señalar que venerar la infancia de Jesús bajo cualquiera de sus advocaciones, es una devoción por medio de la cual Dios otorga abundantes bendiciones a quienes la practican y celebrarlo en este día, que lejos de ser una fiesta religiosa es una fiesta civil, nos recuerda que Jesús puso como ejemplo la inocencia de los niños como el mejor camino para alcanzar el reino de los cielos y que cualquiera que ofenda o violente la inocencia de un niño, en palabras del mismo Cristo «más le valiere no haber nacido, hay de aquel hombre que cause un escándalo contra ellos».