Los Nazarenos del Divino Salvador

«Oh pan del cielo admirable, oh dulcísimo alimento, Tú eres la vida del hombre y la salud del enfermo».

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Por: Diego Rodarte

Uno de los actos de piedad representativos del pueblo de Ixtapalapa durante la Semana Santa, son las procesiones de la Sociedad de Nazarenos del Divino Salvador de la Parroquia de San Lucas Evangelista Ixtapalapa, que con sus túnicas moradas y coronas de espinas evocan la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo a quien honran fielmente a través de la sagrada imagen del Divino Redentor.

No existe una fecha exacta que indique cuando se constituyó la Sociedad de Nazarenos; es a partir de una nota de compra con fecha de 1895 que se toma como referencia sobre la existencia de la Sociedad, pues en ella están registrados los utensilios que los miembros de aquel año compraron para llevar a cabo la Semana Santa, pero para entonces ya se sabía de su existencia, por lo que se cree que podría tener más de 200 años.

La tradición oral refiere que la imagen del Divino Salvador fue traída del pueblo Peñón de los Baños por un grupo de peregrinos que celebraban su fiesta en la Parroquia de San Lucas Evangelista, pero tras diferentes complicaciones, decidieron dejar la escultura en Ixtapalapa y por una cantidad simbólica de tres pesos se entregó a sus nuevos custodios, quienes posiblemente constituyeron la Sociedad de Nazarenos bajo el patrocinio del Divino Redentor y cuya sede fue precisamente la Parroquia de San Lucas Evangelista.

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Formar parte de la Sociedad de Nazarenos del Divino Salvador es voluntad de quien decide integrarse. Hasta hace poco más de 17 años, los nuevos miembros juraban frente a la sagrada imagen del Divino Salvador servirlo de por vida, siguiendo las reglas de disciplina que la Sociedad marcaba. Actualmente, quienes se integran lo hacen por periodo de tres, seis o cinco años, dependiendo de la disponibilidad de quien participa, aunque todavía hay quienes juran para servir toda su vida.

La vestimenta que los distingue durante la Semana Santa se compone de una túnica morada, un mantel bordado con los elementos de la Pasión de Cristo, una soga al cuello con una cruz a la altura del pecho que representa la misma soga con la que los soldados jalaron a Cristo y una corona de espinas adornada con flores amarillas.

Para ser portadores de esta vestimenta se requiere que los participantes sean solteros o casados por la Iglesia, aunque hay excepciones dependiendo de la situación de la persona que desea participar.

Uno de los elementos que acompaña a los Nazarenos son las alabanzas que entonan durante las procesiones y son una herencia que se ha trasmitido por generaciones, de hecho, algunos libros están escritos a mano o están muy deteriorados por que han pertenecido a los abuelos o los padres de los socios actuales.

El Viernes Santo algunos Nazarenos cargan una pesada cruz, mientras que otros llevan los estandartes de la Sociedad, otros cargan la imagen del Divino Salvador y otros se encargan de incensar el camino de la procesión. Aunque ser Nazareno está reservado para los hombres, dentro de la Sociedad existe una rama femenil que participa principalmente el Viernes Santo como mujeres del pueblo que acompañan a la Virgen de los Dolores.

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Las actividades principales de la Sociedad de Nazarenos inician el Domingo de Ramos con el cambio de Mayordomía. El rito consiste en salir en procesión de casa del mayordomo saliente con palmas y entonando alabanzas hasta la casa del mayordomo entrante donde es recibido. Una vez en casa del nuevo mayordomo, la sagrada imagen del Divino Salvador se saca de su nicho y se coloca en manos del mayordomo saliente, quien después de dirigir algunas palabras hace la entrega al nuevo custodio quien recibe el cargo en agosto del año anterior y entra en funciones a partir del Domingo de Ramos.

El Lunes Santo, una comisión de la Sociedad va a Cuernavaca a cortar varas de espinas para poder tejer las coronas que utilizarán el Jueves y el Viernes Santos. Los Socios se citan en casa de los mayordomos el Jueves Santo por la mañana para que cada quien teja su corona de espinas, estas pueden ser de dos o tres varas, hasta diez varas de espinas.

Por la tarde del Jueves Santo, los Nazarenos realizan una procesión visitando las capillas de los ocho barrios donde hacen paradas y entonan alabanzas al Divino preso. En cada capilla se levanta un altar o Huerto que recuerda la Oración en el Monte de los Olivos y la prisión donde estuvo Cristo. La procesión termina en la Parroquia de San Lucas Evangelista, donde aposentan la imagen del Divino Salvador; posteriormente se dirigen a la Catedral del Señor de la Cuevita para participar en la Misa de la  Cena del Señor y el Lavatorio de Pies y acompañan a la procesión del Santísimo hasta el Monumento donde será expuesto.

Una vez terminada la celebración del Jueves Santo, los Nazarenos regresan a la Parroquia de San Lucas para velar al Divino Salvador, entonando alabanzas principalmente a las 12:00 de la noche y a las 5:00 de la mañana, incensando toda la noche la imagen titular de la mayordomía y la imagen del Divino Salvador que se venera en la Parroquia de San Lucas, acompañando al Señor en las horas más difíciles de su pasión.

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La mañana del Viernes Santo, después de descansar un par de horas, regresan por la imagen del Divino Salvador de la Parroquia de San Lucas y encaminan sus pasos a la Catedral del Señor de la Cuevita para rezar el Vía Crucis cargando pesadas cruces. Terminada la meditación regresan a San Lucas por la imagen titular y regresan a la mayordomía.

El Domingo de Resurrección celebran una misa de acción de gracias por la conclusión de la Semana Santa y la fiesta de la Pascua.

El 6 de agosto, fiesta de la Transfiguración del Señor, celebran la fiesta del Divino Salvador con las tradicionales mañanitas y un momento de alabanza. La fiesta se traslada al domingo siguiente con una misa en la Parroquia de San Lucas en la que tiene lugar la presentación de los nuevos mayordomos que entrarán en función el Domingo de Ramos del año siguiente.

El 25 de diciembre, los miembros de la Sociedad se reúnen en casa de los mayordomos para celebrar las Pascuas Navideñas, una celebración propia del pueblo de Ixtapalapa para celebrar el nacimiento de Cristo y el 1 de enero se congregan nuevamente para entonar alabanzas agradeciendo un año más que culmina y el inicio de un nuevo año.

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Debido a la contingencia provocada por la expansión del Covid-19, la Sociedad de Nazarenos tuvo que adaptarse a las condiciones, suspendieron las procesiones propias de la Semana Santa y se limitaron a realizar el cambio de mayordomía de forma simbólica, entregando al Divino Salvador a la familia Hernández Medina, quien custodiara la sagrada imagen durante el periodo 2020 – 2021.

Cumpliendo con las normas sanitarias, se reunieron en la Mayordomía para la velación del Jueves Santo y el Vía Crucis del Viernes Santo, dando cumplimiento a su promesa de servir al Divino Redentor, pues por encima de cualquier calamidad que pudiera azotar a su pueblo, está la fe y la confianza en aquel que es médico divino y que dio la salvación derramando su sangre en la cruz para darnos vida y vida en abundancia.

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