«Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza»
Por: Diego Rodarte
Chignahuapan, Puebla
En la Sierra Norte del estado de Puebla se encuentra el municipio de Chignahuapan, un pueblo pintoresco famoso por la producción de esferas navideñas que atraen anualmente a cientos de visitantes en el mes de noviembre y los primeros días de diciembre.
Su kiosco de estilo mudéjar y la fachada de la parroquia de Santiago Apóstol son algunos de los atractivos turísticos de esta población, pero sin duda es la Basílica Menor de la Inmaculada Concepción un sitio de visita obligado, pues en su interior conserva una imagen monumental de la Virgen María, la más grande de Latinoamérica y a la que sus fieles visitan con especial devoción.
Fue en el año de 1960 cuando el Padre Idelfonso Illescas Pichardo, al ver que su Parroquia era insuficiente para albergar a la cantidad de fieles que acudían, tomó la iniciativa de construir un templo más grande para albergar a los feligreses y durante seis años trabajó hombro con hombro con la población para levantar la nueva iglesia que estaría dedicada a la Inmaculada Concepción de María.

Como parte de los trabajos, el Párroco Illescas encargó al escultor poblano José Luis Silva que hiciera una imagen de la Virgen, y juntos diseñaron como debía ser la escultura tallada en madera de cedro rojo. Al principio se pensó que la Virgen mostrara una curva en el vientre, aludiendo a la concepción divina y que estuviera sola en el altar, pero en un tercer diseño se proyectó que la Virgen llevara en brazos al Niño Jesús portando una paloma en la mano izquierda. Para dar un mayor significado a la imagen, José Luis Silva agregó la escena en la que Adán y Eva pierden el paraíso tentados por el demonio que lleva en la mano el fruto prohibido.
La Virgen posa su planta sobre el mundo, reafirmando su Reinado de amor sobre toda la creación y los rayos que la rodean evocan la luz de Cristo, dador de todas las gracias. El resultado de este trabajo fue una imponente imagen de 12 metros de altura que fue bendecida el 22 de marzo de 1972 por el Obispo de Tulancingo, Esaúl Robles Jiménez.
La Inmaculada Concepción de Chignahuapan fue entronizada dentro del templo en 1999, cuando el Papa Juan Pablo II le concedió el rango de Basílica Menor con la Coronación Pontificia de la imagen a la que le colocaron una corona de oro adornada con piedras preciosas, todo esto gracias al impulso que el Padre Idelfonso Illescas dio a esta devoción.
«Nunca pensé que fuera a ser Basílica, pero el Papa la nombró Basílica… ya desde antes venía gente y ahora viene mucha más gente. Muchos vienen a verla, a encomendarse y a pedir el remedio a sus necesidades» declaró el padre Illescas a Canal 21 de Chignahuapan en diciembre de 2016.
Cientos de fieles celebran a la Inmaculada cada 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, dogma que reconoce que María fue preservada de toda mancha de pecado original desde el instante mismo de su concepción y dotada de todas las gracias por el poder de Dios.
Para esta celebración se enflora el templo de modo singular y se coloca un imponente tapete hecho con flores y aserrín. A lo largo del año, la Basílica de la Inmaculada Concepción de Chignahuapan recibe la visita de fieles que encomiendan sus necesidades a la Reina del cielo que se presenta gloriosa en esta advocación que maravilla a todo aquel que la contempla y se le atribuyen milagros entre los que destacan sanaciones de enfermedades, operaciones exitosas y mujeres que lograron quedar embarazadas al pedir la intercesión de la Virgen.

El Padre Idelfonso Illescas Pichardo falleció la noche del 7 de noviembre de 2018, gozando del cariño de la población chignahuapense por su vocación y servicio a la comunidad. Sus restos fueron velados en la Basílica que el mismo impulsó bajo la sombra de la hermosa imagen de María en la que el Padre Illescas quiso plasmar la grandeza de la Señora del Cielo.