La Virgen de Zapopan en la Ciudad de México

«Bella Virgen peregrina, deja preguntarte hoy, ¿Qué es lo que me das María que inundas mi corazón?»

Por: Diego Rodarte

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Venerada desde 1541 por los habitantes de Tzapopan Jalisco, Nuestra Señora de la Expectación de Zapopan es una de las advocaciones de la Virgen María más queridas en Guadalajara y cuya devoción se ha extendido por toda la República Mexicana, teniendo un lugar privilegiado en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.

En 1949 el señor Gabriel Izazaga, quien más tarde se convertiría en sacerdote, era un empleado de la Catedral de México que tenía una devoción muy especial por la Virgen de Zapopan y al darse cuenta que en el Distrito Federal había muchos devotos de la Virgen Tapatía, pidió permiso al entonces Arzobispo de México, Don Luis María Martínez para pedir una réplica de la Virgen al Convento Franciscano de Zapopan y venerarla en la Catedral.

El Arzobispo concedió el permiso a don Gabriel, quien realizó los trámites correspondientes para solicitar que fuera enviada una imagen de la Santísima Virgen desde el Santuario de Zapopan. Fue así como el 9 de diciembre de 1949, en medio del replique de las campanas llegó la imagen de «La Generala» para ser entronizada dentro del lugar que ocupa actualmente en la Catedral de la Ciudad de México.

Con el fin de propagar la devoción a la Virgen de la Expectación de Zapopan en la capital del país, se formó la Guardia de Honor de Nuestra Señora de Zapopan de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Entre sus actividades celebran una misa mensual el tercer domingo de cada mes en el Altar Mayor de la Catedral, realizan visitas domiciliaras con la imagen de la Zapopana a los hogares de los socios y devotos, organizan peregrinaciones y reciben a la Guardia Mayor de Guadalajara el último fin de semana de febrero.

Con el paso del tiempo y con los constantes trabajos de restauración por los que pasó la Catedral, la imagen de la Virgen de Zapopan que había sido entronizada, pasó a convertirse, por decirlo así, en parte del ornato del recinto.

El cambio de vestimenta

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En 2006, un grupo de jóvenes jalicienses visitó la Catedral de México con motivo de la peregrinación anual que la Guardia Principal de Guadalajara realiza a la Basílica de Guadalupe. Al pasar frente al retablo de la Virgen de Zapopan se dieron cuenta que la imagen se encontraba un tanto descuidada, así que tomaron la iniciativa de traer cada año un vestido nuevo para que, a modo de homenaje y con el apoyo de la Guardia de Honor de la Catedral, pudieran revestir la sagrada imagen de Nuestra Señora.

Fue Rafael Tenorio, fiel devoto de la Zapopana, quien tomara esta iniciativa y al año siguiente regresó con un ajuar nuevo, además de traer la joyería y las insignias que porta la sagrada imagen a semejanza de la original, venerada en la Basílica de Zapopan.

Han transcurrido 12 años de aquella promesa que se ha convertido en un acto de devoción y bajo el nombre de Reina y Madre de Jalisco, este grupo de jóvenes, comprometidos con promover la devoción a la Generala, regresó nuevamente a la catedral el pasado 22 de febrero para cumplirle a la Virgen.

Poco después del medio día, la Virgen bajo de su nicho y respetuosamente fue llevada a la sacristía donde fue colocada sobre la mesa en la que se llevaría acabo el cambio de vestimenta. Con una oración dirigida por el Padre José de Jesús Aguilar dio inicio el rito que consistió en quitar devotamente los ornamentos y el ajuar que revestían la bendita imagen.

Acompañados por el rezo del rosario, Héctor Quintero y Juan Carlos Medina, realizaban la limpieza de la imagen y de la joyería, además de colocar cuidadosamente el vestido que en esta ocasión fue elaborado por Ana Luisa Mateos y el manto proporcionado por Diego Alfonso Cisneros, ambas piezas confeccionadas con tela antigua y bordados dorados que engalanaron a «la chaparrita».

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Entre los ornamentos que revisten a la Virgen de Zapopan de la Catedral de México se encuentran la banda azúl que la distingue como «Generala», un pequeño relicario con la imagen del Niño Jesús a la altura de su vientre para identificarla bajo su advocación de «La expectación» y la corona pontificia por ser proclamada Reina y Patrona de Jalisco el 18 de enero de 1921.

Concluido el rito del cambio de vestimenta, la Virgen de Zapopan fue devuelta a su retablo para seguir recibiendo la veneración de los devotos que la visitan en este espacio de la Catedral Metropolitana para elevar sus plegarias a esta advocación mariana que desde hace casi 500 años acompaña al pueblo de México en sus luchas y victorias, convirtiéndose en bandera y escudo de una nación que ha crecido bajo el amparo de la Madre de Dios.

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