“Bendito Niño Jesús, que conoces mis temores, opácalos con tu luz, alivia mis dolores y sánalos por tu cruz, gran Doctor de los doctores…”
Por: Diego Rodarte
Tepeaca de Negrete, Puebla
En la parte central del estado de Puebla se encuentra el municipio de Tepeaca, cuyo nombre proviene del náhuatl Tepeyacatl, que significa “en la punta o principios de los cerros”. En los siglos VII y VIII, grupos olmecas se establecieron en la región, pero fueron dominados por los aztecas en el siglo XVI. Hernán Cortés fundó en este valle la segunda ciudad española y el primer ayuntamiento oficial, porque se encontraba en medio de los dos caminos hacia el centro y no lejos de los Tlaxcaltecas, que eran aliados de los españoles. Aquí, Cortés escribió una carta dirigida al rey de España, pidiéndole que nombrara a estas tierras como la Nueva España.
Una de las joyas arquitectónicas que se conservan en Tepeaca es el Exconvento de San Francisco de Asís, que se ubica en el centro de la población. Este es uno de los primeros cinco conventos construídos en América y uno de los más antiguos, representativo del siglo XVI. Fue fundado hacia el año de 1530 por la Orden Franciscana, lo consagró el Obispo de Tlaxcala Martín Sarmiento de Ojacastro, quien ocupó esta sede de 1546 a 1558, pero su construcción concluyó hasta 1593 y con el tiempo tuvo diferentes intervenciones que concluyeron en el siglo XVIII.
El Exconvento tiene forma de fortaleza, porque se hizo de acuerdo a las necesidades militares y de defensa de su tiempo, con gruesas paredes como elemento de resistencia ofensiva, porque se temía cualquier rebelión indígena y la edificación debería de servir como resguardo.
Frente al Exconvento Franciscano, del otro lado de la plaza principal de Tepeaca, se encuentra el antiguo templo de San Francisco, hoy conocido como el Santuario del Santo Niño Jesús Doctor de los Enfermos, que resguarda una de las diez imágenes más veneradas en México. Más de un millón de fieles acuden ante Él para pedir salud, y los milagros que se le atribuyen son miles, algunos comprobados médicamente, por lo que la devoción al “Niñito Doctor” ha ganado terreno en el corazón de los fieles de todo el país.

Se dice que esta pequeña escultura tallada en madera, perteneció a una novicia de origen cubano de nombre Carmen, cuyos apellidos se desconocen. La religiosa llegó a México, ya que en la isla no existía la Orden a la que ella aspiraba, ingresando con las Hermanas Josefinas establecidas en México. Durante una visita que le hizo su padre, le trajo de Cuba una primorosa imagen del Niño Dios.
Al morir la Hermana Carmen, la superiora de la Orden decidió rifar la imagen entre las religiosas de la comunidad, resultando ganadora la Hermana María del Carmen Barrios Báez, pero al haber inconformidad entre las hermanas, volvió a realizarse la rifa dos veces más, saliendo ganadora nuevamente la Hermana Carmelita, quien a partir de ese momento se hizo cargo de la pequeña imagen del Niño Jesús.
En un inicio, la imagen del Santo Niño fue colocada en un altar del Hospital “Concepción Béistegui”, ubicado en la calle de Regina, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En este lugar fue donde el Niño Jesús comenzó a obrar milagros bajo esta advocación.
La propia Carmen Barrios contaba que cuando trabajaba en este Hospital, la imagen del Niño Dios se perdió de su altar, y durante un sueño se le reveló el Santo Niño indicando el lugar donde se encontraba y hasta la forma de llegar, así que al amanecer, la Hermana Carmen tomó el camino indicado en su sueño y llegó hasta la casa de una paciente que recién había sido dada de alta.

Al ver a la religiosa y saber la forma en la que había dado con su domicilio, la paciente se arrepintió y confesó haber sustraído la imagen del Niño, diciendo que había sido tan fuerte la sensación del milagro de su curación, que no quiso separarse de la imagen, y pidiendo perdón a la Hermana Carmelita le devolvió su preciado Niñito.
Fue en la primavera de 1942 cuando el Santo Niño llegó a Tepeaca. En aquel entonces, el alcalde Félix Ramales García, con el respaldo de su secretario general, Antonio Tlaltelpa Pérez, gestionaron ante el Gobierno del Estado de Puebla, la construcción de un hospital para pobres, y solicitaron a la Reverenda Madre Josefina, Ana María Gil, que asignara a cuatro religiosas enfermeras para que atendieran dicho hospital.
El 5 de mayo de 1942, el Presidente de la República, Gral. Manuel Ávila Camacho, acompañado del Gobernador del Estado de Puebla, Dr. Gonzalo Bautista Castillo, se dieron cita en Tepeaca para inaugurar el Hospital “Guadalupe Castillo Bautista”, nombrando como Director al Dr. Manuel Corro y Arenas, conformando el grupo de enfermeras la Reverenda María Durán, como Superiora, la Hermana Carmen González, la Hermana Rosario, y la Hermana María del Carmen Barrios Báez, quien traía consigo la venerada imagen del Niño Jesús, misma que colocó en una pequeña capilla del nosocomio municipal, donde permaneció alrededor de 20 años, siendo conocido con el nombre de “El Santo Niño del Hospital”.
Al ver la imagen del Santo Niño, los familiares de los pacientes le pedían con fervor por la salud de sus enfermos, quedando maravillados ante la respuesta a sus plegarias. Se dice incluso que el Niño dejaba su altar y salía a caminar a las calles de Tepeaca para curar a los enfermos, pues cuando las monjas cambiaban sus ropas, encontraban sus zapatitos desgastados y llenos de polvo.

Pero debido a la falta de recursos, el Hospital de Tepeaca se vio en la necesidad de cerrar sus puertas, razón por la que en 1953, las cuatro religiosas fueron reubicadas en Tehuacán, llevando con ellas la imagen del Santo Niño, al que colocaron en un nuevo altar preparado especialmente para él, pero la Hermana Carmelita comenzó a notar que al Niño se le veía triste e inquieto, y en ocasiones desaparecía o cambiaba de lugar, como si se escondiera, así comprendieron que no le gustaba el lugar y extrañaba el Hospital de Tepeaca.
Por otro lado, en Tepeaca se sentía la ausencia del Santo Niño, a tal grado que se formó una comisión integrada por Abel Juárez, María del Valle Mejía, Trinidad Flores, Faustino Vázquez Juárez, Emiliano Lima, Manuel Tlatelpa García, el Dr. Luis Jean Valdéz, con el apoyo del Presidente Municipal Rafael Bautista, para solicitar a las autoridades eclesiásticas el regreso del Santo Niño a Tepeaca y la reasignación de las religiosas.
Entre las condiciones para el regreso del Santo Niño, se pidió que tuviera un altar exclusivo para él en Tepeaca y que las religiosas tuvieran sustento y morada, así como las condiciones necesarias para su bienestar. Así, el 10 de agosto de 1961, la Superiora General de las Josefinas, Reverenda Teresa C. Manjarrez, dio la autorización para que las religiosas se quedaran de manera definitiva en Tepeaca custodiando la imagen del Santo Niño.
Cuando las religiosas regresaron a Tepeaca, todo el pueblo las fue a alcanzar a la entrada de la población con música, cohetes y comida para dar la bienvenida al Santo Niño, y llenos de alegría, lo acompañaron a casa de la señorita Trinidad Flores, en el centro del pueblo, en la actual calle de Negrete Poniente, donde se estableció provisionalmente su altar.

Al morir la Hermana María del Carmen Barrios Báez, el 5 de julio de 1963, el Santo Niño fue llevado a su hogar definitivo: la parroquia de San Francisco de Asís, y a partir de entonces se le empezó a conocer como el Santo Niño Jesús Doctor de los Enfermos.
Al principio, el altar del Santo Niño Doctor fue ubicado a la entrada del templo a mano derecha, y a finales de los años 80’s, se construyó la primera capilla en la parte central derecha del templo, por iniciativa del entonces párroco Rafael Espinosa Rojas, con apoyo de la constructora REDECO. En este lugar fueron depositados los restos de la Hermana María del Carmen Barrios Báez el 12 de enero de 1991, y en agosto de ese mismo año, se entronizó la imagen del Santo Niño Doctor en su nuevo nicho, bendecido por Mons. Rosendo Huesca y Pacheco.
En la primera década del siglo XXI, debido al aumento de fieles que visitaban al Santo Niño Doctor, la capilla fue insuficiente y se vió la necesidad de trasladar la sagrada imagen al altar mayor, donde actualmente recibe a los miles de devotos que lo visitan de todos los rincones de la República Mexicana.
El 28 de diciembre de 2016, el Arzobispo de Puebla, Mons. Víctor Sánchez Espinoza, cambió la sede parroquial de Tepeaca al Exconvento Franciscano, convirtiéndose la antigua parroquia de San Francisco en el Santuario del Santo Niño Jesús Doctor de los Enfermos, y el 6 de enero de 2023, el Santuario fue erigido como Parroquia del Santo Niño Doctor de los Enfermos, tomando posesión canónica de la misma el Pbro. Jorge de la Rosa.
Al Santo Niño Doctor se le puede observar en fotografías antiguas llevando un ropón de terciopelo y el Sagrado Corazón; en la actualidad es revestido con ropones de diferente color, pero su traje más característico es el uniforme Médico con su nombre bordado, reconociéndolo como médico divino, portando desde siempre un estetoscopio y su maletín médico.
LA FIESTA DEL SANTO NIÑO DOCTOR

Uno de los grandes impulsores de la devoción y las festividades en honor del Santo Niño Doctor de los Enfermos, fue el señor Raymundo Fortiz Castillo, de oficio peluquero, quien desde el año de 1968, junto con el señor cura Donaciano Salazar, iniciaron la fiesta del 30 de abril, que consistía en la celebración de los oficios religiosos y una procesión alrededor de la plaza principal de Tepeaca.
Don Raymundo Fortiz dedicaba un mes entero a solicitar apoyo a los diferentes gremios para comprar lo necesario para las festividades, contratar la banda de música y pagar el arreglo floral, y por medio de un aparato de sonido daba a conocer los eventos que se llevarían a cabo durante la fiesta y los nombres de las personas que habían aportado su cooperación.
Gracias al incansable trabajo de Don Raymundo, la feria fue creciendo hasta convertirse en lo que es hoy, pero la devoción y la gran cantidad de milagros atribuidos al Santo Niño Doctor de los Enfermos, atraen a miles de fieles cada 30 abril para agradecerle los favores recibidos.
Los festejos en honor al Santo Niño Doctor inician desde el 20 de abril con la llegada de las primeras peregrinaciones al Santuario, y en los días posteriores se llevan a cabo diferentes misas ofrecidas por familias, gremios y los diferentes barrios. La noche del 29 de abril, al término de la última misa, se llevan a cabo las tradicionales Mañanitas al Santo Niño Doctor.
El momento central de la fiesta es la Santa Misa de Coronación, presidida por el Arzobispo de Puebla, quien corona la sagrada imagen del Santo Niño Doctor. Esta costumbre la iniciaron las primeras madrinas del Niño Doctor, las señoritas Guadalupe y María Ramales Espinosa, hijas del alcalde Félix Ramales, principal promotor de la construcción del Hospital “Guadalupe Castillo Bautista”, lugar donde inició la devoción al Santo Niño Doctor.
Los festejos al Santo Niño Doctor concluyen con una procesión con la bendita imagen por diferentes calles de Tepeaca, acompañado por las diferentes cofradías que promueven la devoción, entre ellas la Cofradía de los Médicos, integrada por personal de salud.


En una ceremonia a puerta cerrada, el Niño Doctor es sacado de su nicho y colocado en el anda en la que procesionará cubierto con un capello. Una vez listo, los miembros de la cofradía tocan a la puerta y piden permiso al Santo Niño para iniciar con la procesión, y entre júbilo y alegría, la bendita imagen sale a recorrer las calles adornadas con globos y altares que muchas familias colocan a la entrada de sus hogares, algunos regalan juguetes y dulces, o alumbran el paso del Niño con estrellas de carrizo y ofrendas de pirotecnia que iluminan el cielo.
Terminada la procesión, el Niño Doctor regresa a su Santuario y es devuelto a su altar, donde durante todo el año recibirá a los peregrinos provenientes de diferentes estados de la República, principalmente los fines de semana, cuando llegan en mayor número.
En el jardín del Santuario se pueden apreciar ofrendas de juguetes que los fieles dejan en agradecimiento al Santo Niño Doctor por los favores recibidos. Las autoridades parroquiales han referido que uno de los milagros más recurrentes es la curación de niños con cáncer, cuyos padres, al borde de las lágrimas, llegan agradecidos por haber obtenido el favor del Niño Jesús de darle otra oportunidad de vida a sus hijos, hechos que han sorprendido a muchos médicos y enfermeras que han tomado al Santo Niño Doctor como su patrón.
Es así que cada 23 de octubre, Día del Médico, se realiza una celebración especial en honor al Santo Niño Doctor que congrega a personal del sector salud y que inicia con un novenario de preparación ofrecido por doctores, y el día 23 de octubre se realiza una misa solemne por los médicos, presidida por el Arzobispo de Puebla, en la que nuevamente la imagen del Santo Niño Doctor es coronada, teniendo como padrinos a médicos presentes en la celebración.
Cabe señalar que durante el novenario previo al Día del Médico, se realizan en el santuario jornadas de salud gratuitas en la que se brindan los servicios de medicina general, ginecología, fisioterapia, oftalmología, entre otros servicios a beneficio de la población y de los peregrinos.
EL NIÑO DOCTOR EN LA PROCESIÓN DEL VIERNES SANTO

El Santuario del Santo Niño Jesús Doctor de los Enfermos, es el octavo santuario más visitado del país, seguido del Santuario de Nuestra Señora de Juquila, en el estado de Oaxaca, y por ser una de las imágenes de mayor veneración en el estado de Puebla, desde el año 2019, el Santo Niño Doctor de los Enfermos encabeza la Procesión del Viernes Santo en la Ciudad de Puebla.
Fue por iniciativa de fieles de Tepeaca que se presentó una solicitud a la Arquidiócesis de Puebla para considerar la participación del Santo Niño Doctor en la emblemática procesión, solicitud que fue avalada por el Arzobispo, Mons. Víctor Sánchez Espinosa. Desde entonces, el Niño Doctor acompaña a las imágenes pasionarias que por tradición y su importancia histórica , realizan el recorrido por las principales calles del Centro Histórico de Puebla, tal es el caso de la Virgen de los Dolores del templo del Carmen, Jesús Nazareno del templo de San José, Nuestra Señora de la Soledad de Puebla y el Señor de las Maravillas.
La mañana del Viernes Santo, el Niño Doctor sale de su santuario ataviado con un ropón rojo, color litúrgico de la Pasión y Muerte del Señor, y es trasladado al templo de la Compañía en el Centro Histórico de Puebla, de ahí parte en procesión en andas acompañado por sus cofradías hasta la Catedral Poblana, donde inicia la Procesión. Cientos de fieles lo acompañan en el recorrido, pues es la única ocasión en que sale de Tepeaca al encuentro de sus fieles en la Angelópolis. Al término de la Procesión, el contingente del Santo Niño Doctor se separa y sigue su camino hasta el templo de Analco, donde es bajado de su anda y recostado en un moisés para regresar a su santuario de Tepeaca, y continuar con los oficios litúrgicos propios del día.
Cabe señalar que el Santo Niño Doctor de los Enfermos tiene presencia en diferentes capillas, parroquias, e incluso catedrales a lo largo y ancho del todo el país, incluso existen diferentes templos dedicados a esta advocación del Niño Jesús que inspira ternura, paz y confianza a todos aquellos que devotamente imploran su bendición en los momentos de enfermedad y fortaleza del cuerpo y el alma.
Con información de:
Padre José de Jesús Aguilar Valdéz
Enrique Arellano Bravo
Marco Antonio Tlatelpa / Tepeaca Noticias













































