San Juan de Dios, Patrono de los Pirotécnicos

«¡Glorioso San Juan de Dios, caritativo protector de los enfermos y desvalidos! Mientras viviste en la tierra no hubo quien se apartase de ti desconsolado«.

Por: Diego Rodarte

Tultepec, Estado de México

Conocido como la Capital Nacional de la pirotecnia, Tultepec recibe el mes de marzo iluminando el cielo con luces de colores para dar inicio a las festividades en honor a San Juan de Dios, a quien las personas que se dedican al oficio de la pirotecnia han adoptado como Patrono de los Pirotécnicos.

“La feria de la pirotecnia se realiza en el marco de la fiesta de San Juan de Dios, sin esta fiesta no existiría esta feria”, comenta el señor Salvador Reyes, quien desde muy niño se ha dedicado al oficio de la pirotecnia, y gracias a sus padres, profesa una fe particular a San Juan de Dios:

“Es una fe que me dejaron mis padres, ya fallecieron los dos, y me inculcaron el amor hacia San Juan de Dios… para mi es un orgullo ser parte de la fiesta de San Juan de Dios, conocer su vida y saber cuándo nació, cómo murió, por qué murió, por qué rechazó la dote, por qué se hizo pasar por loco…”, explica don Salvador.

La pirotecnia en el municipio de Tultepec se remonta a partir de la segunda mitad del siglo XIX y se consolidó como uno de los principales motores económicos de la población. En un principio, los artesanos pirotécnicos vendían sus productos en el mercado de la Merced, en la Ciudad de México, pero una explosión ocurrida el 11 de diciembre de 1988, que ocasionó la muerte de 60 personas y dejó incalculables pérdidas materiales, provocó que las autoridades capitalinas ordenaran decomisar la pirotecnia y prohibir la venta de cualquier artificio explosivo.

Ante la imposibilidad de comercializar sus productos, gobierno y artesanos de Tultepec realizaron la primera Feria de la Pirotecnia en marzo de 1989, que coincidía con los festejos al santo patrono San Juan de Dios, con la intención de aumentar las ventas y atraer turismo.

Cuenta don Salvador que la imagen de San Juan de Dios llegó una noche a Tultepec, a casa de la familia Romero, quien le dio hospedaje a un grupo de arrieros desconocidos que llegaron a la población:

“Les brindaron alimento y les dieron posada para que siguieran su camino. No sabían de donde eran, y cuando despiertan al otro día y los van a buscar, resulta que los arrieros ya no estaban, y encuentran un bulto sobre la mesa. Buscaron a las personas y nunca las encontraron, entonces se dieron a la tarea de ver que era el bulto; se acercaron al cura del pueblo y en su presencia abrieron el bulto para ver que era, y cuando lo abren, descubren la imagen de San Juan de Dios”.

Actualmente, la imagen de San Juan de Dios se conserva en un nicho, a la entrada del Santuario de Nuestra Señora de Loreto, en el centro de Tultepec. La escultura es de madera y representa a San Juan de Dios hincado, con los brazos extendidos y mirando hacia el cielo, lleva una corona de espinas, una cruz y una granada en la mano.

De acuerdo con su biografía, el santo rescató a los pacientes de un hospital en llamas. Este dato, y una explosión en casa de la familia Romero fueron el motivo por el que los pirotécnicos lo adoptaron como su patrón:

“En esa casa hubo una explosión, se cayó la parte de arriba, las tablas quedaron cruzadas y a San Juan de Dios no le pasó nada… Cuando sacó a los enfermos del incendio del hospital, salió de las llamas sin que le pasara nada, y por eso nosotros lo veneramos, por el peligro que nosotros corremos”.

LA FIESTA DE LOS PIROTÉCNICOS

Las festividades en honor a San Juan de Dios comienzan a prepararse desde el primero de enero, iniciando con los trámites correspondientes ante el ayuntamiento para gestionar permisos y programar actividades, además, se organizan las recaudaciones para comprar lo necesario y el día de la festividad todo quede conformado a través de las diferentes mayordomías que se constituyen y asumen un compromiso: mayordomos principales, mayordomos de la música, mayordomos de la salva del 8 de septiembre, mayordomos de consolación, donadores del vestido y limpieza de la imagen.

Don Salvador, quien estuvo al frente de la Mesa Directiva durante 10 años, explica que “todo tiene una fecha, nosotros calculamos en cuanto tiempo se tiene que hacer una logística para saber en que fecha iniciar, para terminar precisamente en este día. Tanto mayordomos como donadores del vestido se eligen a través de un sorteo, y cuando no hay quien participe, se le da directamente a la persona que llegue y pida el cargo”.

La Mayordomía entra en función antes del 21 de mayo, ya que deben cumplir con una serie de mandas y compromisos con otras comunidades hermanas, como San Pablo de las Salinas y la fiesta de San Pedro de la Laguna, en Zumpango.

Entre las actividades que debe realizar el mayordomo, se encuentran los rosarios del Mes de María y del Sagrado Corazón en el Santuario de Loreto, la organización de la fiesta patronal del 8 de septiembre y las posadas en el mes de diciembre, siendo su compromiso principal de enero a mayo con la organización de la fiesta a San Juan de Dios.

Aunque el santoral marca la fiesta de San Juan de Dios el 8 de marzo, esta se recorre al domingo siguiente, de modo que los festejos inician con la limpieza y cambio de vestimenta de la imagen, posteriormente dará inicio el novenario de preparación que debe coincidir con las vísperas del domingo de la fiesta principal.

El 7 de marzo se realiza el enflorado y la colocación de una vistosa portada en la fachada del Santuario de Loreto, y se recibe el 8 de marzo con una salva de cohetes y las tradicionales mañanitas.

El día de la fiesta litúrgica transcurre entre salvas, la misa de cuelga y el recorrido de los toros pirotécnicos que se congregan en la capilla de la Piedad y recorren todo el pueblo para ser quemados en los terrenos de la Feria, donde se llevan a cabo concursos nacionales e internacionales de castillos y piromusicales.

El domingo de la fiesta, los fieles se congregan en la casa del mayordomo para las tradicionales mañanitas y se llevan a cabo la celebración de las misas de las diferentes sociedades tales como la Sociedad Florista, la mayordomía de la Salva, y el recibimiento de los pueblos de San Pablo de las Salinas, San Pedro de la Laguna, Santa Rita Tlahuapan y otras comunidades que entregan sus ofrendas pirotécnicas como Zumpango, San Mateo Tlachichilpan y Oaxaca.

El momento central de la celebración es la Misa Solemne de la Fiesta de San Juan de Dios, a la que se suma la Procesión de Ermitas con el Santísimo Sacramento por las cuatro capillas pozas que enmarcan el atrio del Santuario de Loreto. En cada una de las pozas se colocan coloridos tapetes de aserrín, arreglos florales, imágenes de San Juan de Dios y adornos alusivos a la pirotecnia.

Los festejos concluyen el lunes con la Tornafiesta, ese día nuevamente se entonan las Mañanitas en casa del Mayordomo de la Sociedad de Pirotecnia, se recogen los castillos que se quemarán de día en la explanada y se celebra la misa solemne en punto de las 12:00 del día. Por la noche se quema una ofrenda pirotécnica ofrecida por voluntarios de Tultepec y así cerrar los festejos en honor a San Juan de Dios.

Es así como entre el estruendo, la música y la nostalgia, transcurren los festejos a San Juan de Dios, a quienes los pirotécnicos le guardan especial respeto y devoción, ya que ha sido su protector y su consuelo en los momentos trágicos que han marcado la historia de los habitantes de Tultepec, pero aún en medio de la desgracia, los milagros no se hacen esperar.

SANTO PROTECTOR

Entre los meses de mayo y junio es costumbre llevar la imagen de San Juan de Dios a la zona de la Saucera, donde se concentran los talleres de pirotecnia, ahí se realiza un recorrido para bendecir los talleres y a los artesanos pirotécnicos. Fue durante uno de estos recorridos que don Salvador se percató de que la imagen se estaba ensuciando a consecuencia de los fuertes vientos de la temporada, por lo que decidió tomar medidas con su mesa directiva para proteger la imagen:

“De un día para otro hicimos un nicho de fierro muy pesado y con ese nicho, que fue el primero que tuvo, lo cubrimos… durante uno de los recorridos va la gente caminando con el nicho, y como había llovido, había charcos, entonces una persona que iba enfrente cargándolo se resbala y el nicho se va de lado, San Juan de Dios pega la corona en el vidrio, se inclina y se vuelve a enderezar.

Cuando voy a entregar la imagen, dije: voy a destaparlo, a ver si no se rompió o algo. ¿Cuál va siendo mi sorpresa?  Que a San Juan de Dios no le había pasado nada”.

En otra ocasión, cuando los mayordomos fueron a cambiar las ropas de la imagen de San Juan de Dios del Santuario de Loreto, durante la limpieza se percataron que estaba llena de pólvora, lo cual les pareció muy extraño, ya que la imagen titular solo sale de su nicho para la fiesta del 8 de marzo, por lo que llegaron a la conclusión de que el santo visita los talleres por la noche.

Fue durante una explosión, en la que murieron 27 personas, que don Salvador sitió la protección de San Juan de Dios:

“Yo me bajo de tu pobre casa y me voy a ayudar… me meto con el encargado del taller para ver que hacía, cuando veo que hace reacción la pólvora y me aviento, yo esperando un tabicazo o algo parecido que me matara… me encomendé a San Juan de Dios, a mi papá que en paz descanse, me cubro y no me pasa nada, pasándome el fuego por encima y lo único que me afecta, es que me tapo con mis manos y se me rompen los ligamentos de los brazos, no podía yo alzar los brazos, ahora ya los puedo mover.

Pero cuando quise levantarme y salir corriendo, gritaron ¡cuidado que hay un tanque de gas que va a explotar!, y me dije: si salgo de este lado va a explotar y me voy a quemar, entonces opto por salir del lado izquierdo, y cuando salgo, San Juan de Dios es tan milagroso, que cuando voy corriendo veo que pasa algo por encima y se mete a una bodega y empieza a rezumbar y explota, entonces yo… a escasos cinco pasos me avente y caí detrás de una camioneta de protección civil, mis compañeros que venían detrás de mi murieron y a mí no me pasó nada gracias a Dios.

Es un testimonio de fe que puedo dar que San Juan de Dios me protegió”.

El mercado de San Pablito, ubicado a las orillas de Tultepec, es considerado uno de los más importantes para la venta de pirotecnia, registrando su temporada alta entre los meses de agosto y diciembre. La tarde del 20 de diciembre de 2016, una explosión en el mercado de San Pablito provocó la muerte de 31 personas y más de cincuenta heridos, según cifras oficiales.

En la actualidad, el mercado de San Pablito trabaja con normalidad y los locatarios se encomiendan a San Juan de Dios para pedir su protección y salvarlos de alguna calamidad:

“Que otro milagro que mantenernos bien… a veces las explosiones son tan grandes y solo fallece uno o hay puros lesionados. Uno conoce las dimensiones de la explosión y a veces era para que el número de muertos fuera mucho más grande, pero gracias a Dios no pasó algo más. Esos son los milagros que nosotros mismos vemos”, comenta un joven artesano del mercado de San Pablito.

Ante las nuevas ideologías y leyes que pretenden prohibir el uso de la pirotecnia, los artesanos confían en que su oficio perdurará por generaciones y con la bendición de San Juan de Dios, ya que la pólvora se ocupa incluso para eventos oficiales, cívicos y deportivos:

“La pirotecnia nunca va a desaparecer, que vamos a tener más restricciones por la Secretaría de la Defensa Nacional por todos los accidentes que han pasado es diferente, pero siempre va a prevalecer. Dicen que la pirotecnia es peligrosa, es riesgosa, pero con el manejo adecuado se puede trabajar y se pueden hacer muchas cosas. Podemos seguir iluminando el cielo, podemos seguirle dando alegría a los niños, a jugar con el ratoncito, con el cometita, con la juguetería, sin peligro alguno.

En Rusia y Ucrania la pólvora la están usando para destruirse, y nosotros no, nosotros usamos la pólvora para diversión de todo el mundo, para iluminar el cielo y venerar a nuestros santos”, concluye don Salvador.

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