400 Años del Primer Milagro de Nuestra Señora de San Juan de Los Lagos

“Al pasar el tiempo, el correr de los años, generación tras generación, la fe no termina y los prodigios no cesan. Caravanas de peregrinos te piden y agradecen, Santísima Virgen de San Juan. Tu historia reúne ya cuatro siglos de milagros…”

Por: Diego Rodarte

Era el mes de diciembre del año 1623, cuando una familia de origen español dedicada a la exhibición de actos “circenses” sobre trapecios, conocidos como “volatineros”, estando de camino hacia Guadalajara, decidieron tomar un descanso a la orilla del poblado entonces llamado San Juan Bautista Mezquititán, lugar de paso del Camino Real de las Minas de San Luis Potosí, Zacatecas y Guanajuato.

Al día siguiente, por la mañana, la familia se preparó para ensayar sus actos, y sucedió que, estando ejercitándose, la hija menor de la familia falló en su maroma de trapecio cayendo al suelo sobre una especie de cama de dagas que, atravesada por algunas de ellas, le provocaron la muerte.

Los padres de la niña, inconsolables, la amortajaron para enterrarla. En eso estaban cuando se acercó una anciana mujer: Ana Lucía, esposa de Pedro Andrés, nobles y piadosos indígenas que cuidaban de la pequeña ermita del lugar y de otros sitios.

Ana Lucía, doliéndose de la pena de los padres, fue a la sacristía y de ahí tomó una pequeña imagen de la Virgen Inmaculada, que fue donada a la comunidad en 1545 por el fraile franciscano Miguel de Bolonia, y que con el paso del tiempo fue olvidada en la sacristía de la ermita, sufriendo los estragos del tiempo.

Convencida de que esa pequeña y muy querida imagen de Santa María, era muy capaz de alcanzar de Dios cosas maravillosas, Ana Lucía llegó con la Imagen y la puso en el pecho de la niña amortajada. Mientras tanto, todos los presentes se pusieron devotamente en oración y transcurrido un corto tiempo, sumamente asombrados comenzaron a ver como la niña comenzaba a moverse, hasta recuperarse totalmente.

Cuando los testigos vieron semejante maravilla, liberaron a la pequeña de su mortaja y la ayudaron a ponerse de pie. Admirable fue para todos ver que estaba viva y sana; y que nada le dolía, porque sus heridas habían quedado completamente sanadas.

Agradecidos por aquel prodigio, los padres de la niña pidieron permiso de llevar a restaurar la Imagen a Guadalajara, donde la pusieron en manos de dos artesanos que la entregaron completamente renovada, sin embargo, cuando los volatineros volvieron para pagar el trabajo de los artesanos, estos ya no se encontraban en el lugar.

A partir de este extraordinario suceso, se multiplicaron sin cesar los favores otorgados por intercesión de la Virgen Santísima a favor de sus hijos y devotos; junto a ello se fue acrecentando y desarrollando la fe y el amor de muchos que, de manera individual, en familia o en peregrinación, no cesaban de visitar a su Bendita Madre, venerada en su amada Imagen a la que llamaron Nuestra Señora de San Juan de los Lagos.

HAN PASADO CUATRO SIGLOS

400 años después, el 8 de diciembre de 2022, la Diócesis de San Juan de los Lagos, decretó un Año Jubilar para conmemorar el IV Centenario del Primer Milagro de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, en el que se concedió la Indulgencia Plenaria a quienes visitaran devotamente la Catedral Basílica de San Juan de los Lagos y cumplieran con las condiciones establecidas: confesarse, recibir la Sagrada Eucaristía y visitar el santuario o la capilla del Primer Milagro.

El Año Jubilar llegó a su fin el 8 de diciembre de 2023 con la clausura y el cierre de la Puerta Santa que durante un año cruzaron miles de peregrinos que visitaron el que es considerado el segundo santuario mariano más visitado del país, y para cerrar con broche de oro, la sagrada Imagen de la Virgen de San Juan recorrió las calles de la ciudad.

Una noche antes, el 7 de diciembre, peregrinos provenientes de Ixmiquilpan, Hidalgo, adornaron las calles con monumentales tapetes de aserrín, y se colocaron pendones en los lugares que recorrería la Virgen de San Juan. El frío y la lluvia no fueron impedimento para que más de 15 mil fieles se congregaran en los alrededores por donde pasaría la Sagrada Imagen y poder contemplarla de cerca, ya que no es común que la imagen salga de su templo, más que para la celebración del 15 de agosto en que sale al atrio para la bendición.

Para esta ocasión especial, la Virgen de San Juan lució un vestido diseñado en Sevilla, España, inspirado en el óleo sobre lienzo más antiguo que se conserva, mandado a hacer por el capellán mayor D. Juan Contreras Fuerte en el año 1668, que nos muestra como era ataviada la Sagrada Imagen al exquisito estilo de la época barroca novohispana.

En punto de las 9:00 de la mañana del viernes 8 de diciembre, la imagen de la Virgen de San Juan, fue descendida de su camarín y colocada en un nicho para salir en andas de su santuario entre cantos, vivas, lágrimas y los aplausos de sus fieles.

Tras pasar por la plaza principal, la procesión enfiló hacia la capilla del Primer Milagro, donde la imagen fue colocada en una camioneta para subir al mirador y bendecir el corredor cultural y la cruz monumental que fue construida en el lugar donde los misioneros que llegaron a Mezquititán colocaron una cruz, posteriormente, regresó a la capilla del Primer Milagro, templo construido en 1634 por orden del Obispo de Guadalajara, Don Leonel Cervantes, a un costado de la capillita en la que ocurrió el prodigio. Ahí se dio la bendición a los niños y se bendijo el atrio que fue arreglado para la ocasión con tres estatuas dedicadas a los indígenas Ana Lucía y Pedro Andrés, guardianes de la Virgen de San Juan, y a la niña que fue bendecida con el primer milagro.

La tercera parada fue en la Parroquia de San Juan Bautista, lugar que fuera el segundo templo de la Virgen de San Juan hasta 1769, cuando fue trasladada a la actual Catedral Basílica. Ahí fue recibida por varios adolescentes y jóvenes que se consagraron a Nuestra Señora de San Juan. Acompañada por la música de banda y la danza de los matachines, la Virgen continuó su recorrido por los tapetes monumentales en dirección a su santuario.

En sus palabras de bienvenida, Mons. Jorge Alberto Cavazos, dio gracias a Dios por permitir que esta celebración pudiera llevarse a cabo a pesar de las condiciones del clima, permitiendo que saliera el sol como un signo del lugar especial que tiene para María Inmaculada en su advocación de San Juan: “Queremos darle gracias a Dios, inspirados en el cántico de María Santísima, el Magnificat, en el que siente alegría porque el Señor puso en ella su mirada, y así mismo, todos los prodigios que en Ella, Inmaculada, y a través de ella, aquí, de una manera especial, desde hace 400 años, podemos decir que son millones de milagros, que Dios, a través de Nuestra Madre hermosa y Santa, ha prodigado”.

En su homilía, Mons. Joseph Spitieri, señaló que la Purísima Virgen María es el modelo de la humanidad redimida por Dios, y que la celebración de los 400 años del primer milagro es una acción de gracias por los beneficios que Dios concede a sus fieles por intercesión de la Virgen María:

“Estamos aquí particularmente para agradecer a Dios y a la gran Señora, Madre de Jesucristo y nuestra Madre, no solo aquel primer milagro, sino todos los dones y todas las gracias que durante estos 400 años el Señor nos ha concedido por intercesión de Nuestra Madre Santísima… es muy interesante este primer milagro, fue de una reanimación, regreso a la vida. También nosotros necesitamos muchas veces regresar a la verdadera vida. El relato de aquel primer milagro no nos dice el nombre de la niña, eso para mi podría significar que estamos todos representados en aquella pequeña, porque todos necesitamos en un momento u otro de volver a vivir en la gracia del Señor, de regresar de una especie de muerte espiritual para gozar de la plenitud de la gracia y del amor de Dios, y poder compartir este amor con nuestros hermanos”.

Al finalizar la celebración eucarística, Mons. José Francisco Robles Ortega impartió la Bendición Apostólica, con la que se beneficiaron con la Indulgencia Plenaria los fieles debidamente preparados, y como ya es tradición, se dio la bendición con la Imagen de Nuestra Señora de San Juan mientras los fieles entonaban la canción “La Manda”.

Por la noche, tras la clausura del Año Jubilar y el cierre de la Puerta Santa, se proyectó un mapping sobre la fachada de la Catedral Basílica que narraba la historia del primer milagro, a su vez, una serie de drones formaban la silueta de la Virgen de San Juan en el Cielo, mientras que artesanos de Tultepec iluminaron el cielo con un vistoso piromusical.

Es así como concluyó un año de actividades en torno al aniversario del primer milagro de la Virgen de San Juan de los Lagos, suceso que cambió la vida de una familia y que a lo largo de cuatro siglos, sigue cambiando la vida de miles de personas, que llenas de fe y esperanza, peregrinan a San Juan de los Lagos para sentir el cobijo y amparo de la “Cihualpilli”.

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