El Señor de Nextengo

«El viernes por la mañana sacaron a mi Jesús a padecer por las calles con una pesada cruz».

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Por: Diego Rodarte

El barrio de San Salvador Nextengo fue en la época prehispánica uno de los veintisiete calpulli sujetos a la cabecera del Señorío Tepaneca de Azcapotzalco. A este lugar se le conocía con el nombre de Nextenco  que significa «Lugar a la orilla de lo cenizo». Recibe este nombre quizá a que se localizaba a la orilla de un terreno de color gris o algún área que se quemaba para sembrar.

Tras la conquista de México, los primeros frailes establecidos en Azcapotzalco nombran al antiguo calpulli de Nextengo como el nuevo barrio de San Salvador. Se dice que en este lugar se construyó una pequeña ermita de piedra y de adobe de poca ostentación, a la que acudían los fieles como penitencia a pedir perdón por sus pecados.

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Cuentan que a mediados del siglo XVI, Azcapotzalco recibió como obsequio de Hernán Cortés una de las tres esculturas de Jesús Nazareno que fueron enviadas por el rey de España a México y que fueron elaboradas en Sevilla. Es en este momento cuando la antigua ermita es acondicionada como capilla dedicada a la veneración de la imagen del Nazareno bajo la advocación del Divino Salvador.

El Señor de Nextengo es una escultura articulada, labrada en madera policromada que representa a Jesús Nazareno después de ser azotado y presentado ante Poncio Pilato para después salir camino al monte Calvario.

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La imagen del Nazareno fue muy bien acogida por los habitantes de Azcapotzalco y se sabe que era sacada en procesión y llevada en andas por las calles de la ciudad para pedir un buen temporal que regara los campos de cultivo. La capilla era visitada por peregrinos que venían a pedir y agradecer favores al Señor de Nextengo a quien acompañaban durante las concurridas procesiones del barrio. Con el paso del tiempo, las procesiones del Señor de Nextengo fueron desapareciendo.

En la actualidad, los vecinos del barrio lo celebran el Cuarto Viernes de cuaresma con el rezo del Vía Crucis por la calle Camino a Nextengo y una misa solemne en el atrio con la imagen del Nazareno. El domingo siguiente se realiza una Kermes y un evento cultural como parte de los festejos, resquicio de lo que alguna vez fue una de las festividades más sentidas y representativas de la época virreinal que ha quedado en el olvido, pero que para los vecinos del barrio de Nextengo sigue teniendo un lugar importante en su comunidad.

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